Monday, August 12, 2013

“CAUSALIDAD”



“CAUSALIDAD”
POR el momento, vamos a suponer que una causa es aquella razón por la cual ocurre alguna otra cosa. Mientras miramos alrededor de nosotros, mientras usted observa el cuarto en el cual está sentado, ¿puede ver alguna cosa, algún objeto que en sí mismo, o por sí mismo, sea una causa? En otras palabras, busque algo que no tenga otra cualidad determinante, excepto aquello que usted diga que es causa. Pregúntese también: ¿Tiene la causa una clasificación física, distinta, por medio de la cual siempre puede ser reconocida, justamente como reconoceríamos una planta o un mineral o una clase de líquido? Podemos identificar una silla o una mesa, o una lámpara eléctrica, por su forma, pero, ¿causa que haya alguna identidad separada que podamos señalar y decir que esa es la causa y no otra? Pienso que usted estará de acuerdo conmigo en que las causas no tienen tal identidad separada.

  La experiencia nos ha demostrado, si queremos reflexionar un momento sobre esto, que una causa está siempre asociada con alguna otra cosa o condición. En otras ocasiones  aquella misma cosa o condición que hemos llamado causativa  puede parecer como sin causa, demostrando que la cosa en sí misma no es la causa. Les voy  a dibujar ahora un cuadro verbal para que ustedes comprendan mejor este punto. Imagínese una pequeña báscula del tipo usado para pesar cartas y determinar el costo postal. Delante de usted ve la báscula en equilibrio. Primero el ástil baja ligeramente a un lado, y luego al otro; en un brazo de la báscula hay un pequeño platillo o plataforma sobre el cual se colocan los sobres para ser pesados. Tomemos un sobre, en el cual ya hemos colocado una carta, y lo ponemos sobre el platillo de un lado. Inmediatamente vemos que el sobre causa una ligera inclinación del ástil, hacia el lado en que está colocado. Levantemos el sobre, y de nuevo volverá el equilibrio. Luego coloquemos  el sobre otra vez en el platillo y el ástil bajará en esa dirección.

  Vamos a ser muy analíticos y por ello una vez más quitamos el sobre. Al examinarlo, encontramos que en el no hay nada singular. Ciertamente cuando observamos el sobre, separado de la báscula, no podemos decir que la causa sea una cualidad inherente del sobre. En otras palabras, no existe una cosa conocida como causa envuelta en el sobre; tampoco hay en él una causa adherida. Además, cuando el sobre está lejos de la báscula –no sobre ella—no es por más tiempo una causa. Por lo tanto, podemos inferir que una causa no puede ser percibida en los objetos como si fuera parte de ellos; más bien, una, causa es una relación que empieza a existir  entre los objetos, según sea nuestro grado de percepción en cuanto a esa relación se refiere.

  Como ha dicho el filósofo Humé, esta relación de causación aparece como una constante asociación entre objetos, un objeto que llamamos la causa, y un objeto que llamamos el efecto. Donde uno aparece, el otro debe aparecer. Podemos decirlo en esta forma: En vista de que la naturaleza siempre parece contribuir a otro, llamamos causa al primero. Estamos acostumbrados a hablar de causa y efecto como si esta relación fuera una dualidad. Se piensa que la causa es un aspecto de esta dualidad, siendo el otro el efecto; de los dos, además pensamos que la causa es el aspecto  activo de la relación. Sin embargo, ninguna cosa sola o alguna condición sola puede ser la causa total de algún efecto. Esto aparentemente contradice lo que hemos dicho hasta aquí, pero realmente no es así. En y por sí solo, cada objeto que experimentamos—una silla o la lámpara en su cuarto—parece estar en reposo, inclusive hasta un objeto que pudiera moverse a través de la habitación. Si continua presentándose en la misma apariencia está en reposo para nuestra mente en cuanto concierne a su forma.

  Quiero que sepan que hemos afirmado que existe un espectro continuo de energía, octavas de vibraciones, absorbiéndose las unas a las otras. En la naturaleza no existen fenómenos separados. No existen cosas absolutamente independientes de todo lo demás. Cada manifestación, cada cosa que podemos percibir cae dentro de una de las octavas, de las divisiones de una vasta escala de energía. Estas energías cósmicas universal, pasa por una serie de cambios en su naturaleza vibratoria, son lo que experimentamos como las varias realidades, es decir, las peculiaridades de nuestro mundo diario.

Espero que algo bueno les indique este tema, como también comprendo que muchos ni lo tocarán, eso no me molesta porque sé que otros sacarán mucho provecho  de ello.


Peter Bustamante

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