Saturday, October 27, 2012

¿DECLINA LA ÉTICA EN LOS NEGOCIOS?






¿DECLINA LA ÉTICA EN LOS NEGOCIOS?
¿El hombre de hoy es considerado más noble a causa de los negocios, o es más bien, mirado como un medio de producción? Los negocios son una entidad impersonal, un sistema como es la física, química o matemáticas, cuyos requisitos básico no son un orden moral o ético. El éxito en los negocios es la culminación satisfactoria de los fines deseados. Estos fines son las ganancias si, por ejemplo, la empresa se dedica a la venta de un artículo de consumo o suministro necesario. Cómo se obtienen estos fines no es de importancia, si todas las reglas obligadas a seguir han sido cumplidas, lo que hace de los negocios un factor sin sentimientos y, por consiguiente, una entidad humana.

  Cualquier empresa en la que participe el hombre confronta siempre dos factores, a saber: consciencia y principio. La consciencia es la realización del propósito de la empresa tan eficientemente como sea posible. El principio, por el contrario, toma en consideración los factores humanos. Esto es lo que significan las medidas de éticas y morales. Todos sabemos que en los negocios la conveniencia y el principio frecuentemente se oponen, Casi todos los negocios podrán aumentar sus ganancias si dentro de las leyes estos fuesen insensibles e hicieran caso omiso en llevar a cabo sus demandas  sobre los intereses humanos. En el pasado la existencia de principios o éticas en los negocios era una cuestión relegada únicamente a la consciencia de sus ejecutivos. Un hombre de principios conducía sus negocios dentro de un plano de ética elevada, o sea, que no se atenía a la conveniencia solamente. Esto significa que no usaba todos los medios para obtener sus fines, prescindiendo de las consecuencias que pudiesen estos tener sobre otros. Las prácticas sin consciencia de muchas empresas, grandes y pequeñas, originó que él público demandara el control del gobierno y la fundación de una oficina para investigar los negocios y mejorarlos.

  Se necesitan hombres y mujeres de elevado carácter para imponerse una autodisciplina en circunstancias que a veces pueden ser desventajosas. Cuando, por ejemplo, una persona sabe que puede deshacerse de un material anticuado haciéndolo aparecer  distinto y se abstiene de hacerlo basado en sus principios, es un hombre de carácter excelente. El instinto de conservación, es un fuerte impulso primitivo en cada uno de nosotros, y es muy natural aprovecharse de todas las circunstancias que se presenten. En comparación el principio, que también es un producto de la razón, es un impulso menor en casi todas las personas. La presión política y el monopolio que los negocios hoy en día atribuyen a los sindicatos es, en gran parte, una reacción al comportamiento de las industrias en épocas pasadas. Grandes industriales y ejecutivos de pequeños negocios, descuidaron demasiado el factor humano.

  El obrero era un segmento de sus maquinas operadoras, como un torno o una prensa, era y, es en estos días de la economía que estamos pasando y que jamás ningunos de los países se recuperará era explotado en esos tiempos, y en estos que vivimos son esclavos y exprimidos hasta lo último. Cuando ya no es necesario el retenerlo, cuando no rinda, se desecha a un lado. Era y seguirá siendo una premisa de los patrones que los hombres no estaban obligados a trabajar para ellos, y si lo hacían, tienen que aceptar cualquier condición que se les proporcionara. No crean que la indiferencia social tanto en el pasado, al igual que el presente a menudo contribuye a la crueldad y esto provocó los extremos adversos de que hoy en este estado económico que vivimos se quejan los empresarios y los negocios.

  El hombre de negocio digamos moderno debe estar documentado, por lo menos en la psicología practica. El negocio, en cuanto los clientes y empleados se refieren, es también una cuestión de relaciones humanas. No solamente se está vendiendo comodidades y servicio, sino que también sebe adquirirse reputación para el establecimiento. Es una falta de perspectiva el ser descortés, desconsiderado o el explotar a los clientes y empleados en estos momentos de crisis económica, ni siquiera estando en los mejores tiempos de una edad de oro. Y quiero que recuerden que aquellas semillas son las cosechas que tenemos hoy en día.

Solamente les pido que traten de vivir en paz con ustedes mismos.
Peter Bustamante.

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