Saturday, January 25, 2014

“ESTRAÑOS PROCESOS DE LA MENTE HUMANA”




“ESTRAÑOS PROCESOS DE LA MENTE HUMANA”


Ya no es necesario discutir más con personas cuerdas y pensante la cuestión de si la mente en el cuerpo humano tiene algún control sobre la materia que compone a este último, o sobre los distintos procesos fisiológicos que se llevan a cabo en el mismo. Nadie necesita ser un seguidor o devoto de las enseñanzas metafísicas, místicas espirituales o religiosa de cualquier secta o culto, para recordar incidentes que constituyeron pruebas del hecho de que la mente en el cuerpo humano puede ser la creadora de muchas extrañas y peculiares condiciones mentales. Que yo Peter Bustamante llamaría: “Envenenamiento mental”.

  Hace algún tiempo hice un editorial muy semejante en esta página si mal no recuerdo, referente a un experimento que se probó, en un estudio clínico de los procesos psicológicos que se están efectuando y que muchos dejaron por hacer, pero están apareciendo actualmente, estos experimentos llamados “hipnosis”, que a una persona dormida ya sea por medio de un hipnótico psicológico o químico-y que tenga fe en la integridad y sabiduría del que le ocasiona el sueño—se le puede hacer creer que una fría estilográfica o un lápiz de madera es un hierro candente. Con ese frío instrumento delante de sí y con sus crédulos ojos viéndolo como un instrumento de tortura, también le será fácil creer que si esa brillante pieza de metal se le aplica contra un brazo por una fracción de minuto, sufrirá un dolor intenso y más tarde tendrá la prueba de la quemadura en forma de una ampolla. Y, en efecto, en todas las pruebas hechas durante un estado verdaderamente provocado  o hipnótico de creencia y de susceptibilidad, ya sea en la clínica o en salas de conferencias científicas, el paciente ha sufrido todas las agonías fisiológicas y mentales de una quemadura, aun aquellas que se registrarían en cardiógrafos o en otros dispositivos registradores de delicados instrumentos eléctricos.
“RESULTADOS DE LAS PRUEBAS
Poco después de que el paciente haya sido vuelto a su estado normal y esté completamente consciente de lo que ha sucedido, se formará, en modo muy normal y natural, una ampolla del tamaño y forma del supuesto metal caliente que tocó su brazo. Esta ampolla podrá abrirse y extraerse el agua, en la manera usual, sin ninguna indicación para el observador o el paciente, de que la muy innegable ampolla no sea el resultado de una verdadera quemadura física producida por el contacto con un auténtico pedazo de metal candente. En esta demostración de laboratorio- que ha sido hecha miles de veces en clínicas psicológicas de hospitales en Europa y América, y observada cientos de veces por diferentes autores de libros, periodistas-tenemos un ejemplo excelente de cómo una idea mental, sin ninguna base efectiva o física para sus efectos, puede crear dentro del cuerpo humano un resultado realmente  fisiológico.

  En otras palabras, esta demostración prueba que una idea o un pensamiento en la mente pueden traducirse y transformarse en algo que no es solamente mental, pero sí tan tangible como cualquier cosa que haya afectado al cuerpo humano. Mi pregunta es la siguiente, han existido cientos de otros experimentos similares comprobados en niños y en adultos de todas las edades y de ambos sexos, ustedes prueban que si la mente humana acepta una idea sin dudas ni sospechas de alguna clase, ella no se transforma simplemente en una idea aceptada sino que en una ley o en una orden o en un principio que, lógicamente, llevará a cabo su propósito y su naturaleza, sin ningún otro apoyo efectivo o proceso psicológico. Para hacer esto más comprensible, recordemos que cuando un pedazo de metal o un hierro candente verdaderos, se coloca en el brazo y lo vemos tocando nuestra carne, no tenemos necesidad de crear en nuestra mente la idea de que nos quemará y mandará torturantes impulsos de dolor de nuestro brazo al cerebro, ni que experimentaremos el terrible dolor a tal grado que no sólo lo sentiremos sino que lo veremos reaccionando en contracciones de los músculo del brazo y en una tentativa para alejarlo del hierro.

  Para mí no tenemos necesidad de crear la idea de retirar el brazo, del hierro candente, porque esa idea, que es como una orden dada al brazo, ha nacido en la mente como un resultado del dolor y del sufrimiento que automáticamente siguen a la quemadura de la carne. Y lo peor de todo, cuando se ha sacado el hierro del brazo-o más bien cuando se ha retirado el brazo-no tenemos que dar una orden mental a la carne para que forme una ampolla y el contorno de una quemadura, ni tenemos que pensar en el proceso que seguirá, como ser, por ejemplo, la formación de esa ampolla, etc. Yo les explicare en un tema que es lo que ocurre realmente en estos casos.

En vos confió


Peter Bustamante   

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