'CONÓCETE A TI MISMO'
La máxima, “Conócete a Ti Mismo”,
fue considerada como la esencia de la sabiduría por grandes escritores de todos
los tiempos, tales como Chaucer, Shakespeare y Cervantes. Podemos
trazarla al sabio griego Tales y al Oráculo de Elfos sobre cuya entrada
estaba inscrita. Por encima de todas las cosas podemos decir que es lo que
representa todo conocimiento. El autoconocimiento es totalmente importante,
porque es la diferencia entre la mente animal y las humanas. Los animales no
son seres autómatas sin alma. Ellos pueden sentir amor y odio, razonar y
aprender como cualquier propietario de un buen perro testificaría. El poder de
la mente reservado a la humanidad, sin embargo, es reflejar auto consciencia o
autoconocimiento. El conocimiento del mundo externo es necesario para la
supervivencia, pero aún en su forma humana no difiere mucho de los impulsos de
los instintos adquiridos a través del espacio incalculable de tiempo de evolución
por la supervivencia del más fuerte. El autoconocimiento es el nivel por el que
el hombre y por medio de él cosmos—entiende su propia naturaleza y esencia. Pero,
¿Dónde comenzamos? ¿Cuál es el ser que deberíamos aprender a conocer?
‘ELCUERPO’
Lejos de ser un enemigo y un obstáculo para
el alma, nuestro cuerpo es una maquina
maravillosa y útil y ciertamente una parte de nosotros mismo. Debemos
aprender qué es lo que nos hace enfermos o saludable, fuertes o débiles, cómodos
o incómodos. Todo esto se enseña en los regímenes de higiene, dieta y ejercicio—con
o sin un fondo místico. Es muy sabido que el ejercicio físico ha sido refinado
por el arte Hindú de Hatha Yoga que enseña gobierno del cuerpo para propósitos
espirituales. Pero conozco muchas personas que practican más o menos unas técnicas
similares que son menos extenuantes, consumen menos tiempos y llevan más
directamente del control del cuerpo a sus entendimientos y conocimiento. Esas
personas se les enseña muy pronto, en el curso de sus estudios, a enfocar su
consciencia en orden ascendente sobre las varias partes, miembros y órganos de
su cuerpo. Con esta técnica uno aprende a sentir, a obrar con energía o relajar
cualquiera de los cientos de músculos, aun aquellos que se cree usualmente que están
bajo el control del así llamado sistema nervioso involuntario. Como parte de
este régimen, el control de la respiración.
‘LA MENTE’
El conocimiento y el
mandato de nuestro cuerpo son logros dignos; pero las palabras mismas,
conocimiento y comando, indican que no sólo somos cuerpos vivientes sino también
mentes conocedoras. Esta mente nuestra no es idéntica al cerebro como algunos materialistas
suponen, El cerebro es una parte de nuestro cuerpo que sirve como una
herramienta especializada y un instrumento de la mente y, en las palabras del salmista,
está temerosa y maravillosamente hecha---una computadora vastamente más compleja
que la máquina computadora más grande que el hombre haya construido. Como toda
computadora, el cerebro puede ser subdividido en un mecanismo de operación y de
desviación y en una memoria que adquiere y almacena la información que le llega
y que se requiere para operaciones significativa.
Las memorias de las
computadoras están clasificadas en millones de unidades básicas que se llaman bits,
pero el cerebro humano retiene muchos billones de impresiones en el
curso de la vida. Hay razón para creer que, al menos que sea destruido físicamente,
nuestro cerebro nunca “olvida” ningún evento o pensamiento al que le
hayamos puesto una atención interesada. La dificultad estriba en “recordar”,
es decir, tener un acceso a los detalles deseados de los recuerdos. Mejorar y
dominar este acceso es una parte importante del auto conocimiento. El estudio místico
conduce hacia este dominio por medio de las técnicas del relajamiento, la visualización
y la meditación. Sin embargo, como se
dejo dicho anteriormente, nuestro maravilloso cerebro es el instrumento de la
mente, no la mente misma. Negar esto sería tanto como creer que una computadora
realmente piensa cuando ejecuta operaciones matemáticas y lógica bajo el control y guía de un
programador humano. Para los monistas y materialistas, no existe diferencia
entre el cuerpo, el cerebro y la mente; en realidad los fenómenos tienden hacer
empequeñecido o negados, como si fuera algo de los que deberíamos tener vergüenza.
El místico introspectivo
“sabe” o al menos “siente” en forma diferente. Para él, el pensamiento y la consciencia,
es decir la mente, son justamente una parte tan básica y fundamental de la experiencia
y la materia. Si somos honestos, debemos admitir que, aunque la humanidad ha acumulado
mucho conocimiento de detalles desde los días de Sócrates, aún no comprendemos
la naturaleza interna del Ser. Los ingenieros electricistas, por ejemplo saben
bien cómo fluye el agua, cómo la combustión o la energía atómica son convertida en energía
eléctrica, en altos voltajes y conducida a usuarios distantes, pero ellos no
saben que es la electricidad.
Antes de retirarme es una lástima que no pueda darles clases
por motivos no de tiempo ni mucho menos DINERO en mayúscula GRATIS, seria
aliviar muchas penas.
Traten de vivir en paz con ustedes mismo.
Peter Bustamante