¡ACLAMANDO A LA ACCIÓN!
¡Haga cualquier cosa, pero haga algo! “¡No
se quede sentado allí, haga algo! Estas y muchas expresiones similares se están
convirtiendo en expresiones comunes, hasta caseras. Hoy en día tantas gentes
están atrapadas en una tela de desaliento, apatía, letargo y pereza, ante una
sociedad que cada día colapsa minuto a minuto sin ni siquiera saber
absolutamente nada de lo que esta sucediendo, hasta el grado de aquellos que
son naturalmente activos se vuelven intolerantes de ellos mismo. Sin embargo,
por cada error que cometemos sí cuando actuamos, usualmente recibimos alguna
especie de crítica. ¿Es mejor esperar hasta estar seguro y convencidos antes de
actual de manera de evitar errores? ¿Es nuestro propósito en la vida actuar y
hasta cometer errores? La mayoría de las cosas de las que gozamos y aceptamos
en esta vida, los privilegios y oportunidades, son los resultados de acciones
pasadas de uno o más individuo de nuestra familia humana que han preferido morir de pies antes
de vivir de rodilla.
El hombre es un ser espiritual pero su Tierra es el mundo de la
acción. Es aquí que se manifiestan las
creaciones mentales del hombre. Este es el mundo de la creación y creación
significa acción. El cerebro de un infante debe ser ejercitado y desarrollado a
través de las enseñanzas o la persona jamás aprenderá a pensar creativamente.
Los músculos del cuerpo deben ejercitarse y usarcé, a menos que se atrofien y
se termine en parálisis. La naturaleza nos ha dotado con todo el equipo
necesario de los cinco sentido receptores con los cuales comprometernos a y
relacionarnos con el mundo material a nuestro alrededor. Nos ha dado un cerebro
grande con el cual leer e interpretar las señales recibidas de esos sentidos,
y, por lo tanto la técnica para computar el mejor uso de nuestros alrededores y
posibles cambios para nuestro mejoramiento. Pero al hombre también se le ha
dado, singularmente, el talento de la autorrealización; la habilidad de hacerse
a un lado, por así decirlo, y examinar su propio ser. Así la naturaleza ha
provisto al hombre con todas las herramientas para manifestar a Dios en
esta Tierra, para crear, cambiar y perfeccionar.
La perfección existe ahora en potencial, pero es la tarea del hombre
materializarla a través de sus propias acciones. La vida en la Tierra es una
escuela de experiencias y el hombre aprende a través de pruebas y error. Él cometerá
errores. Pero, como escribiera Schiller, “Quien es demasiado cauteloso conseguirá
poco”. La mayoría de las veces cuando tratamos de hacer algo, nos resulta en
completo fracaso sino más bien en éxito parcial. En nuestro próximo esfuerzo,
construimos sobre nuestro éxito parcial, corregimos nuestro pasado error y alcanzamos
un resultado aún casi más perfecto. A esto lo llamamos desarrollo. Solamente
tenemos que recordar el desarrollo y mejoras, quiero que analicen la historia,
recuerden el primer avión y el súper avión cuando tratamos de romper la barrera
del sonido, lo logramos a base de sacrificios y de insistir, insistir siempre
hasta que lo logramos y los logros que hemos tenido de los viajes espaciales,
sé que tuvimos muchos fracasos, pero cada fracaso nos impulso más hasta
lograrlo; el primer automóvil y los vehículos de lujo de estos tiempos. Con
esto quiero decirles solamente una sola cosa. Sin la acción pura y elementar ni
siquiera disfrutaríamos de estas primeras creaciones simples.
Quizás
aún estaríamos aprendiendo a caminar. Sófocles sabiamente nos recordó
que “El cielo jamás ayuda a los hombres que no actúan”. El mundo relativamente cómodo
en que vivimos ahora entró en existencia debido a esos muchos hombres de acción
que afortunadamente le dieron la bienvenida a un gran desafío. Al igual de cómo
los músculos recién ejercitado pueden sentirse temporariamente adoloridos, así
el uso de ideas nuevas lo mismo en estos temas que en la política, tenemos que
buscar nuevas soluciones, nuevas caras con patrones y plataformas nuevas y no
seguir con ideas obsoletas, tenemos que seguir en avance y no continuar con
viejas estampas descoloridas, estamos frente a un cambio drástico, y tenemos
todas las herramientas con que salirle al frente, usando nuevas ideas para
poder tener nuevos logros, comprendo que puede a veces acarrear desilusiones,
dudas y ansiedad. Pero aquello con esperanza y fe, y un gusto al desafío,
persisten hasta que están satisfecho con su desarrollo sea éste el que sea. Edgar
Cuest capturó la excitación de un desafío cuando escribió, “Comenzó a
cantar mientras acometía a las cosas/ que no podía hacerse, y la hizo”
Al hablar del hombre, la palabra acción y trabajo son casi sinónimas.
Los pensamientos anhelosos y el soñar despierto podrán ser titiladores para la
mente perezosa y pasiva. Pero no producen nada tangible que puedan compartirse
con otros o aun que se pruebe que existe. Si preferimos permanecer aparte del
flujo de la vida, siempre quejándonos de las condiciones del presente, opinando
“¿No seria lindo si todo fuera fácil o mejor? somos culpables de letargos.
¡Estamos enfermos! ¡Estamos medio vivos! ¡No estamos cumpliendo nuestro propósito!
Carlyle puntualizó esta idea cuando escribió: “La meta del hombre es una acción,
y no un pensamiento, aunque este sea el mas noble “Alguien dijo que las ideas
son cosas curiosas; no funcionan a no ser que trabajemos. Quizás no podamos
crear la Utopía, quizás no podamos revolucionar nuestras vidas y alcanzar la perfección
hoy, pero podemos empezar hacia arriba en el sendero largo y arduo. Cada día
empieza con una nueva oportunidad para hacer o conseguir algo.
Si fracasamos en conseguir una sola
cosa en un día, es nuestra culpa
solamente. Hasta algunos grandes trabajos de la literatura fueron escritos mientras el autor estaba confinado en una prisión.
Otros hombres podrán prohibirnos que hagamos las grandes cosas que quisiéramos lograr,
pero solamente matándonos pueden evitar que hagamos cualquier cosa. No es tanto
la magnitud de lo que hacemos lo que cuenta, sino más bien cuán relativo a la
habilidad, oportunidad y vencimiento de obstáculo en el camino, lo que evaluá
nuestras acciones.
Y para terminar apreciemos el
conocimiento y respetemos la espiritualidad, ¡pero aclamemos a la acción!
Vivan en paz consigo mismo pero jamás
claudiquen lo que por legado les pertenecen.
Peter
Bustamante