Friday, April 26, 2013

“LA TRAYECTORIA DE UN NATURALISTA”




“LA TRAYECTORIA DE UN NATURALISTA”

Aristóteles era un sabio universal, sus obras abarcan todos los campos del saber. Pero si tomamos como baremo el número de línea escritas por él y conservadas, resulta que el foco principal de su interés hay que situarlo en el estudio de los seres vivos y, en especial de los animales. Más de un tercio de todas las líneas conservadas forman partes de sus libros de zoología. Aunque Aristóteles creció en una familia de médicos, y el mismo subraya en repetidas ocasiones la proximidad entre medicina y estudio de la naturaleza, la temprana muerte de su padre y su marcha a Atenas probablemente mitigaron su inicial interés naturalista. En la Akademia participaba en los ejercicios de clarificación dicotómica de animales, que más tarde el mismo criticaría. Y leía cuanto caía en sus manos relativo a la naturaleza, desde el Timaios platónico hasta las recetas de los veterinarios y los relatos de los viajeros, pasando por las obras de los poetas, médicos e historiadores. Frutos de esas lecturas fue esa recopilación de leyendas y tradiciones legendarias acerca de animales, titulada Sobre los animales fabulosos, que se ha perdido.

 Mientras permaneció en Atenas y en la Akademia, su contacto real con la naturaleza fue escaso. Encerrado en un mundo de libros y discusiones, su atención y sus esfuerzos intelectuales eran absorbidos por las técnicas lingüísticas (poética, retorica, dialéctica, lógica…), por la crítica de la teoría platónica de las formas, y por la elaboración de su propia alternativa, plasmada en una serie de distinciones y principios que hacían inteligible el cambio y reconciliaban el rigor conceptual con la aceptación de la experiencia sensible. Cuando, en –347, Aristóteles tuvo que abandonar Atenas y dirigirse a Assos, en la costa anatolia, su vida experimentó un gran cambio. Lejos de la gran ciudad lejos de los continuos debates de la Akademia, Aristóteles viviría una serie de años tranquilos y felices en el campo, junto al mar, confrontado a la naturaleza, En esa circunstancia su interés naturalista reprimido resurgió de un modo explosivo no se cansaba de observar cuantos animales había en aquella zona, y de reflexionar y tomar notas de sus observaciones, ayudado en ello por su nuevo discípulo, Theófrastos.

 Acompañaba también he interrogaba a pescadores, y marineros, cazadores y ganaderos, apuntando cuanto oía y veía. A partir de ese momento y durante los veinticinco años de vida que aún le quedaban. Aristóteles escribió más de zoología que de todos los otros temas juntos. Durante los cinco años que paso en Assos y Mitiline, Aristóteles combinó la activa observación de campo con la redacción de obras biológicas. escribió entonces su único tratado de botánica; Sobre las plantas, más tarde superado y reemplazado por las obras botánicas de Theófratos, por lo que pronto dejó de ser copiado y se perdió. Tampoco ha llegado hasta nosotros su libro de planchas anatómicas, (Anatomais), colección de esquema de dibujos y de anatomía, a los que repetidamente se refiere en sus otras obras. Lo que sí hemos conservado es el texto de Historia de los animales también escrita en esta época.

 La palabra historia (bistoría) significa en griego antiguo cualquier colección de datos, observaciones o descripciones de cosas y hechos concretos. En este sentido seguimos llamando actualmente historia natural a los estudios descriptivos sobre la naturaleza. Historia de los animales significa, pues, colección de observaciones y descripción de los animales. Y en efecto, la obra constituye una inmensa recopilación de datos y hechos sobre todos los animales, de que tenían los griegos antiguos. A diferencia de las posteriores obras zoológicas de Aristóteles, en que abundan las explicaciones y especulaciones teóricas, ésta es una obra meramente descriptiva, un catálogo abigarrado y exhaustivo de conocimiento completo sobre los animales sin pretensión explicativa alguna.    

Espero que algo bueno puedan sacar de este tema.
Peter Bustamante

Tuesday, April 23, 2013

“LA INQUIETUD DEL HOMBRE EN ESTOS TIEMPOS”






“LA INQUIETUD DEL HOMBRE EN ESTOS TIEMPOS”

Constantemente escuchamos comentarios estos días al efecto que una mayoría de las naciones y gentes del mundo están en un estado mental y físico más intranquilos de la que han estado en centurias; que el mundo está prácticamente en un estado mental arrevesado y que esto significa infelicidad, miseria y el refrenamiento del progreso.

Todas estas declaraciones, particularmente la que la intranquilidad significa un refrenamiento del progreso, indican un análisis pobre y erróneo de la situación. La intranquilidad del hombre en todo sentido—física o mental, espiritual y otra—ha sido y aún es el mayor factor contribuyente al progreso y desarrollo de la civilización. Si el hombre no habría sido intranquilo e inquieto, molesto y desilusionado con las condiciones cuando estaba en su estado primitivo, es muy probable que todavía estuviéramos durmiendo en las ramas de árboles o viviendo en chozas de barro, desperdigadas a lo largo de riveras de ríos. Es el hecho que el hombre no estaba satisfecho con las condiciones, o pensaba que podía tener algo mejor o estaba determinado que podía hacer algo mejor, lo que acarreó la construcción de hogares, el desarrollo de comunidades, la manufactura de ropa, la creación de todos los dispositivos patentados manufacturados hoy que han mejorados nuestras vidas.

  Y no hay ninguna seña saludable que indique verdaderos progresos para el futuro que la intensa inquietud a través del mundo de hoy. Es cierto que mientras estamos inquietos y buscamos encontrar o crear algo mejor desequilibramos el ritmo pacífico y tranquilo de nuestras vidas, perturbamos al negocio, y nos hacemos aparecer como una nación salvaje y vagabunda—o mundo—de gente. Podemos hasta aparecer como hormigas evacuando un hormiguero subterráneo inundado, llevando todo consigo mientras se extienden por el césped o van en diferentes direcciones buscando nuevos lugares donde establecerse.

  Presentemente, la intranquilidad a través del mundo en asuntos espirituales, religiosos, políticos y financieros, es perturbadora en muchos modos; pero al mismo tiempo es una perturbación constructiva muy parecida a cuando uno decide cambiarse de su viejo hogar a uno nuevo. Durante el proceso de cambio todo está empaquetado, no se tiene un lugar cómodo donde dormir o comer y su hogar parece un campamento desorganizado. Pese a todo, usted sabe que a despecho del hecho que su hogar tranquilo y confortable está perturbado—con nada en su lugar correcto—no está muy lejos el día cuando todo estará ajustado nuevamente de una manera mejor que nunca. Eso es cierto del mundo hoy en día. Las naciones podrán estar peleando una con la otra exigiendo esto, aquello y lo mas allá, mucho de lo cual no se concederá; pero de la agitación pelea, e inquietud nacerán muchas cosas mejores y más constructivas—algunas de las cuales pueden no manifestarse hasta cien años más.

   Sabemos de antemano que el peligro es inminente, en estos momentos pero también sabemos que existe un viejo adagio que dice— (que el hombre aprenderá cuando este al borde del precipicio) yo tengo por normas que siempre me preparo para lo peor, pero a pesar de todo espero siempre lo mejor, y es porque el hombre en realidad tiende a olvidar los eventos por muy malos que estos han sido. No hay nada más retrógrado, más destructivo para el adelanto del hombre individual y colectivamente, que una actitud de completo contentamiento. Podrá ser una cosa hermosa ver vacas “contentas “en un verde pastizal, pero decididamente no lo es ver una nación ciudad, o grupo de gente que estén perfectamente contentos. Ver gente que piensan que todo lo que han adquirido y todo lo que saben es perfectamente y no necesitan mejoría, y en realidad es gente que está por desaparecer   a través del auto aniquilación. Son solamente los ignorantes, fanáticos, prejuiciados e hipócrita quienes dicen que tienen suficiente conocimiento, y no quieren vivir mejor de lo que están viviendo y que tienen todo lo que la vida tiene para ofrecer.
Desafortunadamente tales personas más pronto de lo que piensan retrogradan al nivel más más terrible y bajo que registra la humanidad. Si usted está mental y físicamente inquieto, y siente que nada es suficientemente satisfactorio en su vida; si usted quiere conocer más, ver más, aprender y experimentar más, y mejorar las condiciones a su alrededor, usted está en el camino a cosas más elevadas y mejores porque su naturaleza se está expresando de una manera natural. Cuídese de la actitud que nada nuevo vale la pena y que usted está dispuesto a sentarse satisfecho con lo que tiene. Usted está seguro de retroceder mental, espiritual, y físicamente con esa actitud y eventualmente se volverá más infeliz que el ser más inquieto sobre la Tierra.

Vivan en paz con sus seres queridos que nada es perenne en la vida
Peter Bustamante 

Saturday, April 20, 2013

“EL PROBLEMA DEL CAMBIO SEGÚN ARISTOLELES”





“EL PROBLEMA DEL CAMBIO SEGÚN ARISTOLELES”

La diferencia de la teología y la matemática, la ciencia de la naturaleza trata del cambio, o, mejor dicho, de las cosas que cambian, de acuerdo a su filosofía; “no hay cambio fuera de las cosas. Pero, ¿hay realmente cosas que cambian? Para nosotros y para Aristóteles es evidente que las hay. Basta con abrir los ojos y mirar: cuanto vemos está sometido al cambio, empezando por nosotros mismos, que nacemos, crecemos, viajamos, aprendemos, enfermamos, sanamos, envejecemos, y morimos. También la luna cambia, y el Sol (aunque no sea más que de posición en el firmamento), y los pájaros y las plantas y los barcos…Todo esto es tan trivial y evidente, que no vale la pena en mis formas de ver ni siquiera mencionarlos. Sin embargo, la situación intelectual en la Grecia Clásica, más que situación era un dilema y una gran tragedia, y digo esto no por haber vivido esa época sino más bien por tener que estudiar las literaturas en mis tiempos de estudiantes. Primero no era compactible nuestro intelecto por completo en esa época. Allí se había negado toda la posibilidad de nuestro intelecto, dé cambio con poderosos argumentos, y afirmar la realidad del cambio no implicaba solamente señalar una obviedad, sino también ensalzarse en grandes polémicas. Como un ejemplo; Parménides había pretendido demostrar de modo definitivo que el cambio es imposible. Y si a través de nuestro sentido vemos que las cosas cambian vemos que  cambian, tanto peor para nuestros sentidos. (Descalificados como engañosos) y tanto peor para las cosas cambiantes, descalificadas como meras ilusiones.

  A la verdad sólo se llega a todo por el razonamiento, y éste concluye que no existe cambio ninguno en el mundo. Ejemplo: El temible dialéctico (Zenon) se había encargado de abrumar a cuantos le escuchaban  con argumentos que reducían al absurdo la hipótesis de que algo pueda cambiar y moverse. La realidad sería, pues inmutable. Aristóteles, pensador de gran sentido común, no podía aceptar esas conclusiones. Pero no le bastaba con rechazarla, tenía además que demostrar los razonamientos en que se basaba. Y es lo que él hizo, valiéndose para ello de un análisis de ciertas estructuras lingüística de la lengua griega, que están implícitas en nuestro discurso sobre el cambio, y la que por dignidad no somos explícitamente conscientes, porque sabemos conscientemente, que pueden ser usadas fácilmente para actual como trampas, en las que caemos sin darnos cuentas. Es lo que había ocurrido a (Parménides y Zenon).

  Aristóteles se propuso explicitar esas estructuras implícitamente presentes en el lenguaje y señalar y subrayar una serie de distinciones o puntos de vistas (a lo que él llamó principios—Arkbai--) que deben ser tenidos siempre en cuenta al hablar sobre el cambio, para así evitar las trampas que el propio lenguaje nos tiende y que en otros pensadores afloran en formas de conclusiones absurdas, contrarias al sentido común y a la percepción sensible.

  Conclusiones de nuestra filosofía, apartándonos de esta hecatombe filosófica que hemos podido estudiar de la antigua Grecia. Vamos a dar un breve relato de ciertos pasajes filosóficos; Ejemplo: En todo cambio hay algo que cambia y algo que permanece. Lo que permanece en el cambio, lo que sufre el cambio, es el sustrato. Si yo me traslado de un sitio a otro, lo que cambia es el sitio en que estoy, pero yo permanezco; yo soy el sustrato de ese cambio. Cuando el árbol florece en primavera, lo que permanece es el árbol; él árbol es el sustrato de ese cambio.

Bueno es posible que me dé a entender con mucho gusto les daría más información al respecto, es agradable aprender con mucho gusto lo hago, lo único que pasa es que estoy ajeno a lo que ustedes les agrada.
Les prometo que les enseñaré lo que es el cambio. Les deseo un buen fin de semana y traten de vivir en paz con ustedes mismo.

Peter Bustamante   

Thursday, April 18, 2013






“FILOSOFÍA COSMOLOGÍA Y SUS ELEMENTOS”

Aristóteles, filósofo de la finitud y del mundo finito, tiende a rechazar el infinito. Aristóteles, filósofo del sentido común, lo acepta en alguna medida. Su filosofía del infinito combina ambas tendencias en una síntesis difícil, pues el concepto del infinito en potencia usa una noción (no explicitada) de potencia distinta a su noción normal de potencia. De todos modos, es una concepción que ha resultado perdurable y fecunda. En nuestro siglo, algunos filósofos de la matemática—los llamados intuicionistas o constructivistas—siguen manteniendo las concepciones aristotélicas del infinito. Y todos las toman muy en serio. En cualquier caso, su filosofía del infinito es una de las partes de su obra cuyo interés es más que meramente históricos.
LOS ELEMENTOS”
  La materia es pura potencialidad, pura indeterminación, por eso puede adoptar todo tipo de formas, desde las más simples hasta las más complejas. Las formas más simples que puede adoptar la materia son las formas elementales, cuya incorporación en la materia da lugar a los cuerpos simples, a los elementos. La mayoría de los cuerpos pueden ser analizados o descompuestos en cuerpos más sencillos La casa se compone de vigas y paredes, éstas de ladrillos y cal, etcétera. Lo mismo pasa con los animales, los montes y todos los cuerpos. Pero este análisis des compositivo tiene un límite. Al final llegamos a unos cuerpos simples homogéneos, que ya no pueden ser analizados en constituyentes de tipo distinto, sino sólo divididos según la cantidad (esta división es indefinidamente iterable, pues por los cuerpos son continuos). Todos los cuerpos pueden descomponerse en los elementos, pero los elementos no pueden descomponerse en cosas distintas, son cuerpos homogéneos. Si mal no recuerdo, creo que existe un libro
que creo que lo tengo en mi biblioteca, no recuerdo el número del tomo, que habla: Sobre el cielo, es un tratado completamente independiente acerca de los elementos sublunares. Los elementos del mundo sublunar en que vivimos son ya los cuatro ya indicados por Empedoklés: el fuego, el aire, el agua y la tierra.

  El fuego es caliente y seco; el aire caliente y húmedo; el agua, fría y húmeda; la tierra, fría y ceca. Cuando un elemento cambia una de esas cualidades por su contraria, se transforma en otro elemento. Cada cuerpo simple, cada elemento, es en potencia cualquiera de los demás. Cuando actualiza esa potencia, se da un cambio, una generación. Y los cuerpos simples constantemente están actualizando esa potencia, generándose y destruyéndose, transformándose unos en otros. Así el aire, que es caliente y húmedo en acto, posee también la potencia de ser frío (que puede actualizar, transformándose en agua) y la de ser seco (cuya actualización lo convierte en fuego). La materia última es precisamente el sustrato que permanece en estas transformaciones entre elementos. Y así como los elementos—los cuerpos simples—son fugaces, generables y corruptibles, la materia última misma es ingenerable, incorruptible y eterna.

  Los elementos son cuerpos naturales, tienen una tendencia natural a moverse en cierta dirección. La tierra tiende a moverse en línea recta hacia abajo (hacia el centro del universo). El fuego tiende a moverse en línea recta hacia arriba (hacia la periferia del universo). Por eso la tierra es pesada y el fuego es ligero de un modo absoluto. El aire es también ligero y tiende hacia arriba y el agua es también pesada y tiende hacia abajo, pero sólo de un modo relativo. Si el cielo dejase en paz al mundo sublunar, la tendencia natural de los elementos conduciría a la formación de una pelota maciza de tierra pura en el centro, encima de ella vendría una envoltura esférica de agua pura, luego otra de aire puro y, finalmente, otra envoltura esférica de fuego puro. Cada elemento reposaría eternamente en su lugar natural y jamás habría cambio alguno en el mundo.

  Pero las esferas celestes, con sus continuos movimientos, constantemente introducen el cambio y el movimiento en el mundo sublunar, mezclando los elementos, provocando la alternancia de las estaciones, los meteoros, etcétera.

Les agradezco su atención aquellos que deseen un poco de conocimiento.
Y traten de vivir en paz con ustedes mismos.

Peter Bustamante

Saturday, April 13, 2013

“INDAGACIÓN EN EL CONOCIMIENTO”







“INDAGACIÓN EN EL CONOCIMIENTO”

Cuando decimos “yo sé”, ¿qué queremos decir con esta expresión bastante común? La mayoría de nosotros convendrá en que significa una realización, un tener al menos una consciencia de algo. Ahora en vista que generalmente se acepta que la consciencia es un estado de realización, o un darse cuenta, esto, entonces, haría que fuese sinónimo de conocimiento. Pero, ¿lo es? ¿Podemos decir que la sensación de un dolor de muelas, o cualquier estado de dolor del cual estamos conscientes, sea el equivalente de conocimiento? Si así fuera, todos los animales que han experimentado el sufrimiento, en algún modo, podrían ser llamados animales instruidos, que tienen entendimiento porque han conocido el dolor.

  Podríamos aun ir más lejos con tan extremo razonamiento. Los seres vivos simples tienen una clase de consciencia. Por experiencias sabemos que las plantas reaccionan a su ambiente físico cuando son afectadas por su medio ambiente. El zarcillo, por ejemplo, se retira de ciertas substancias, pero se adhiere a otras. En el funcionamiento de sus hojas, algunas plantas demuestran algunas formas de consciencias. Se doblan o se cierran a la luz; otras la buscan y se exponen a ellas. Pero no podemos decir que esta acción de respuesta sea comparable al estado de conocimiento, como generalmente pensamos de tal estado.

  Cuando por acción involuntaria, alejamos repentinamente nuestro brazo con la llama con que se ha puesto en contacto, ¿podemos decir que esta sensación, esta consciencia es conocimiento? ¿Es igual, por ejemplo, a nuestros conocimientos de la hora del día del mes o las estaciones del año? Investigando más aún encontramos que los objetos de conocimientos, de cosas que conocemos son paralelos a nuestra propia existencia; en otras palabras, los objetos de conocimiento parecen persistir con uno mismo. Además podemos preguntar: ¿Qué es eso que conoce estos objetos? Decimos: “Yo sé”. Esta afirmación implica un conocimiento de nuestra realidad. Que sabemos que existimos. Entonces como manifestación, podríamos decir que todos los objetos de conocimiento son tangibles, que tienen una substancia equivalente a nosotros mismos. Pero no es así.

  Ejemplo: Podemos ir a la ventana, mirar a la acera opuesta y ver pasar a hombres y mujeres. Esta experiencia es comúnmente un objeto de conocimiento. Las cosas que la componen—la gente—son tan tangibles, tan existentes como lo somos nosotros. Pero por otra parte, también tenemos lo que llamamos Juicios, decisiones y conclusiones. Por ejemplo podemos juzgar que es muy ofensivo insultar a una persona. Este juicio es también un objeto de conocimiento, pero en sustancia, es completamente diferente de los hombres y mujeres que percibimos caminando por la calle. Por lo tanto debemos inferir que los objetos de conocimiento son de dos clases generales: los objetos de percepción y los objetos de concepción.

  Los objetos de percepción son las sensaciones que tenemos del mundo de la materia, de ciertas fuerzas y energías. Son las vibraciones de átomos y moléculas que despiertan en nosotros aquellas sensaciones que constituyen las cosas que decimos percibir, ya sea que la realicemos como imágenes visuales, sonidos, tacto o cualquier otra cosa. No obstante, estas realidades objetivas, estas cosas del mundo atómico, no siempre están restringidas a cosas aparte de nosotros, o que son externas a nosotros. Parte de nuestro cuerpo—nuestras manos, nuestros pies tal como lo vemos—tienen tanta realidad objetiva para nosotros como la tienen los árboles y las rocas. En otras palabras, la percibimos de la misma manera que las cosas que no son nuestras. Encontramos también, que hay ciertas cualidades que acompañan a todas nuestras percepciones auditivas, las cosas que oímos, los múltiples sonidos, todas tienen cualidades similares. Tienen tono; el sonido es algo bajo y tiene la cualidad de ser suave o fuerte. Todas nuestras percepciones visuales tienen ciertas cualidades independientes de la naturaleza de las formas que adoptan. Así, lo que vemos es una gradación de la luz, entre oscuro y blanco brillante, o tienen la cualidad de color.

Más adelante si están interesado hablaremos de la gama de colores, y el por qué ciertos colores que existen no podemos verlos.

Vivan en paz con ustedes mismos.

Peter Bustamante   

Saturday, April 6, 2013

“MUERTES DE INFANTES Y EL UNIVERSO”





“MUERTES DE INFANTES Y EL UNIVERSO”

“A través de los años, las publicaciones médicas han mencionado frecuentemente la muerte súbitas de miles de bebés cada año sin ninguna causa física aparente. Si el niño era saludable, entonces creemos que debemos mirar hacia el lado psíquico para una respuesta. ¿Hay alguna razón médica conocida, por qué un alma abandona un templo nuevo, habiendo habitado en el por sólo unas breves semanas? Si estamos en el plano Terrenal para aprender, entonces parecería que el cuerpo humano debería pasar exteriormente bajo una especie de control antes de que pudiera comenzar a adquirir cualquier clase de personalidad del alma o crecimiento. Claramente, un bebé de   sólo tres o cuatro semanas puede aprender muy poco, ya que es bastante incapaz de nada más que los movimientos más básicos de recién nacido. ¿Qué es entonces lo que tira o empuja fuera de su recién adquirida habitación?”

  No existe una personalidad de alma hasta que el niños hace, es decir hasta en su primer aliento. La respiración vital, y su consciencia acompañante, hacen al feto volverse una identidad independiente. No hay posibilidad de crecimiento de la personalidad hasta que el humano se vuelve consciente de su existencia, sólo hasta ese entonces, en otras palabras, tiene realización propia. Esta realización comienza a una edad temprana cuando el niño empieza a distinguir entre él mismo y lo externo. Esta consciencia de sí se vuelve más compleja con la madurez, hasta que en un punto más alto de expresión es, hasta cierto grado un reflejo del alma. Como he dicho en millares de escritos, y dicho sea de paso nada más que ayer encontré una Señora cuestionando él porque un niño tiene que morir, simplemente le dije que estaba mal que cuestionara ese tiempo de razonamiento, porque estaría cuestionando al arquitecto del universo, una explicación del porqué el actúa de esa forma, yo espero que este articulo llegue a sus manos, y le dé una más amplia explicación de estos hechos, y continuando como les he dicho en diferentes maneras y formas, las razones del por qué suceden estos hechos.

  Uno no desarrolla ni perfecciona el alma, que está más allá de la incumbencia del hombre para Acteal. Es el conocimiento del hombre de su naturaleza espiritual, o alma, lo que se desarrolla poco a poco exteriormente en conducta para acercarse al grado de perfección de su ser interior. Un infante de tres o cuatro semanas no es capaz de esta distinción entre su propia entidad y externamente. Entonces, en vista de que el alma no puede objetivamente tener realización por sí misma y aprender en un infante de tres o cuatro semanas no es capaz de esta distinción entre su propia entidad y externamente entonces, en vista de que el alma no puede objetivamente tener realización por sí misma y aprender en un infante, ¿fue ella dirigida cósmicamente—si deseamos aplicarle propósito a lo cósmico—para adquirir conocimiento durante tan corta vida terrenal? Por otra parte, ¿no podría ser posible que fuera la personalidad del alma de los padres la que tenía que aprender de esta triste experiencia y no el alma del infante? Mi pregunta es esta; ¿Tenían los padres que experimental el golpe, el gran dolor de la pérdida de su hijo para que alguna lección fuera forzosamente impresa en la consciencia? Ciertamente, la personalidad, el alma del niño fallecido no podría haber aprendido ninguna lección vital a través de su transición.

  Y para dar final a este tema. Los padres pueden o no pueden pensar, o recordar, ningún acto de perpetración u omisión de su parte que hubiera causado tal efecto cósmico y trágico como la pérdida de un bebé.
Místicamente, entonces, la única respuesta hipotética a dicha situación es que es el efecto Kármico de una causa en una encarnación anterior. Por alguna razón , parecería que era necesario  que ellos experimentaran el dolor con la pérdida del ser más amado en esta vida, y conocer así la importancia y desesperación que acompaña a tal suceso.
Espero que la Señora que me pregunto encuentre su respuesta más amplia.

Peter Bustamante

‘EL FACTOR SEXUAL EN EL MATRIMONIO’

‘EL FACTOR SEXUAL  EN  EL MATRIMONIO’ Es innegable la gran influencia estabilizadora y además generadora de felicidad que c...