Thursday, January 9, 2014

¿HUBO UN PRINCIPIO?


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(Despues)

¿HUBO UN PRINCIPIO?

MUCHAS delas experiencias objetivas del hombre, los resultados de los estados de su mente y su organismo, le han sido transferido del Cosmos, al gran universo, el concepto de una causa final, de un principio. Muchas de las cosas que el hombre observa y que parecen tener para él un principio, son, de hecho, sólo una transición de un estado anterior. A menudo no podemos advertir el eslabón de conexión entre una serie de fenómeno. Una especie de manifestaciones parece destruirse completamente, mientras que otras se están originando. En realidad, un estado simplemente se fusiona en otro. Con el avance en años recientes en el campo de la instrumentación, la ciencia ha podido demostrar la afinidad que existe entre muchos fenómenos que antes parecían tener principios totalmente independientes.

  En casi todas las religiones antiguas, la antología, o la ciencia del ser, está relacionada con una deidad personal aquí las deidades no faltan, un dios o diosa antropomórficos, o a una multitud de ellos. Estas deidades fueron consideradas no sólo como seres superiores, sino que poseían muchas características semejantes a las de los humanos. Tenían mentes que pensaban, que planeaban, que creaban ciertos fines para ser alcanzados. Así pues, al igual que al hombre, ellos trajeron el universo- el total de lo que el hombre supone conocer--a existencia. Algunas veces se pensó que esos dioses crearon el Cosmos de su propia naturaleza. En otras, se imaginaron que la creación comenzó con un estado de caos—una nada. Antes de continuar hare un breve paréntesis para preguntarles algo que es como una estilla en mi mente.

“CREAR”
  ¿Qué es crear? ¿Es valerse de materiales diferentes y utilizando ciertos principios experimentales, aplicando ciertas reglas conocidas, aproximar, agrupar, asociar, ajustar esos materiales, a fin de hacer cualquier cosa?
  ¡No! Eso no es crear. Ejemplos: ¿Puede decirse de una casa que ha sido creada? ¡No! Ha sido construida. ¿Puede decirse de un mueble que ha sido creado? ¡No! Ha sido fabricado. ¿Puede decirse de un libro que ha sido creado? ¡No! Ha sido compuesto y luego impreso.
  Así, tomar materiales existentes y hacer con ellos cosa alguna no es crear… ¿Qué es, pues, crear?
   Crear… la verdad que me encuentro indeciso para poder explicar lo inexplicable, definir lo indefinible. Procuraré, sin embargo, hacerme comprender. Crear es obtener algo de la nada; es formar lo existente de lo inexistente. Por tanto, yo imagino que no encontrará ni una sola persona dotada de mediana razón que conciba cómo con nada puede hacerse alguna cosa.
   Supongamos un matemático. Buscad al calculador de más mérito: ponedle delante una pizarra; solicitad de él que trace ceros y más ceros, y una vez la operación terminada, ya puede multiplicar cuanto quiera, dividir hasta que se canse, realizar toda clase de operaciones matemáticas, y no llegará jamás a extraer de esa acumulación de ceros una sola unidad. Con nada, nada puede hacerse; y continuando ese caos de crear—se dice que es de la nada de la que los mismos dioses nacieron. Ellos a su vez, crearon después el otro fenómeno de la naturaleza. Sin embargo el caos, o el estado de nada, fue considerado por esos cosmólogos primitivos, como de una naturaleza positiva y que tenía una cualidad en sí mismo. No era la nada en la forma que nosotros la concebimos—sólo la ausencia de algo. Consideraron que, del estado amorfo de este caos, vino una energía potencial que dio origen al ser. Era más difícil para el hombre promedio concebir un ser eterno, uno que hubiera existido siempre y que nunca hubiese tenido un principio.
 
  Para la mayoría de las personas, la idea de la autogeneración  es igualmente difícil de comprender, porque en su experiencia cotidiana no pueden encontrar nada que le sugiera un fenómeno semejante. Es más una causa detrás de todas las cosas, incluyendo el Ser Absoluto, el mismo Cosmos, parece estar más de acuerdo con la experiencia finita.
  En otras palabras, es igualmente difícil para uno aceptar el concepto de que no existe una condición tal como la de no-- ser absoluto, o la nada. Debemos darnos cuenta de que sólo percibiendo el ser, no es posible imaginar una condición como su ausencia o su opuesto. Si un estado de no ser pudiera ser identificado como tal, entonces realmente tendría una cualidad propia. Todo lo que existe, es entonces ser de alguna clase. Si algo puede provenir de la llamada nada, lógicamente eso no puede ser considerado no—ser, sino por el contrario, es un algo. Un estado de nada nunca podría existir por sí mismo, sin ser algo. Y para terminar, filosófica y lógicamente, debemos aceptar la idea de que el ser siempre ha existido y que nunca podría haber tenido un principio, porque, ¿de dónde habría venido? Si intentan asignarle un origen los seres humanos al ser, primero es una falta de respeto, y segundo lógicamente regresaran siempre a un estado de alguna condición  o cualidad que en sí, es ser. Además, ¿puede haber un final para el cosmos—en el cual el ser se disolviera, se absorbiera, se sumergiera o desapareciera? El Ser, jamás puede ser destruido, porque eso supondría, que existe una nada en la cual desaparecería, y la nada nunca ha existido. El filósofo griego Heráclito, hace miles de años: expuso también que la materia está en constante transformación. Sin embargo, el ser puro no es sólo materia, sino que lo fundamenta la energía de la cual se está transformando.

Espero que al menos algo comprenda de este tema.

En vos confió


Peter Bustamante 



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