( Antes )
(Despues)
¿HUBO
UN PRINCIPIO?
MUCHAS
delas experiencias objetivas del hombre,
los resultados de los estados de su mente y su organismo, le han sido
transferido del Cosmos, al gran universo, el concepto de una causa
final, de un principio. Muchas de las cosas que el hombre observa y que parecen
tener para él un principio, son, de hecho, sólo una transición de un estado
anterior. A menudo no podemos advertir el eslabón de conexión entre una serie
de fenómeno. Una especie de manifestaciones parece destruirse completamente,
mientras que otras se están originando. En realidad, un estado simplemente se
fusiona en otro. Con el avance en años recientes en el campo de la instrumentación,
la ciencia ha podido demostrar la afinidad que existe entre muchos fenómenos que
antes parecían tener principios totalmente independientes.
En casi todas las religiones antiguas, la antología,
o la ciencia del ser, está relacionada con una deidad personal aquí las
deidades no faltan, un dios o diosa antropomórficos, o a una multitud de ellos.
Estas deidades fueron consideradas no sólo como seres superiores, sino que poseían
muchas características semejantes a las de los humanos. Tenían mentes que
pensaban, que planeaban, que creaban ciertos fines para ser alcanzados. Así
pues, al igual que al hombre, ellos trajeron el universo- el total de lo que el
hombre supone conocer--a existencia. Algunas veces se pensó que esos dioses
crearon el Cosmos de su propia naturaleza. En otras, se imaginaron que
la creación comenzó con un estado de caos—una nada. Antes de continuar hare un breve
paréntesis para preguntarles algo que es como una estilla en mi mente.
“CREAR”
¿Qué es crear?
¿Es valerse de materiales diferentes y utilizando ciertos principios
experimentales, aplicando ciertas reglas conocidas, aproximar, agrupar,
asociar, ajustar esos materiales, a fin de hacer cualquier cosa?
¡No! Eso no es
crear. Ejemplos: ¿Puede decirse de una casa que ha sido creada? ¡No! Ha sido
construida. ¿Puede decirse de un mueble que ha sido creado? ¡No! Ha sido
fabricado. ¿Puede decirse de un libro que ha sido creado? ¡No! Ha sido
compuesto y luego impreso.
Así, tomar
materiales existentes y hacer con ellos cosa alguna no es crear… ¿Qué es, pues,
crear?
Crear… la
verdad que me encuentro indeciso para poder explicar lo inexplicable, definir
lo indefinible. Procuraré, sin embargo, hacerme comprender. Crear es obtener
algo de la nada; es formar lo existente de lo inexistente. Por tanto, yo
imagino que no encontrará ni una sola persona dotada de mediana razón que
conciba cómo con nada puede hacerse alguna cosa.
Supongamos un
matemático. Buscad al calculador de más mérito: ponedle delante una pizarra;
solicitad de él que trace ceros y más ceros, y una vez la operación terminada,
ya puede multiplicar cuanto quiera, dividir hasta que se canse, realizar toda
clase de operaciones matemáticas, y no llegará jamás a extraer de esa
acumulación de ceros una sola unidad. Con nada, nada puede hacerse; y
continuando ese caos de crear—se dice que es de la nada de la que los mismos
dioses nacieron. Ellos a su vez, crearon después el otro fenómeno de la
naturaleza. Sin embargo el caos, o el estado de nada, fue considerado por esos cosmólogos
primitivos, como de una naturaleza positiva y que tenía una cualidad en sí
mismo. No era la nada en la forma que nosotros la concebimos—sólo la ausencia
de algo. Consideraron que, del estado amorfo de este caos, vino una energía potencial
que dio origen al ser. Era más difícil para el hombre promedio concebir un ser eterno,
uno que hubiera existido siempre y que nunca hubiese tenido un principio.
Para la mayoría
de las personas, la idea de la autogeneración es igualmente difícil de comprender, porque en
su experiencia cotidiana no pueden encontrar nada que le sugiera un fenómeno semejante.
Es más una causa detrás de todas las cosas, incluyendo el Ser Absoluto,
el mismo Cosmos, parece estar más de acuerdo con la experiencia finita.
En otras
palabras, es igualmente difícil para uno aceptar el concepto de que no existe
una condición tal como la de no-- ser absoluto, o la nada. Debemos darnos
cuenta de que sólo percibiendo el ser, no es posible imaginar una condición como
su ausencia o su opuesto. Si un estado de no ser pudiera ser identificado como
tal, entonces realmente tendría una cualidad propia. Todo lo que existe, es
entonces ser de alguna clase. Si algo puede provenir de la llamada nada, lógicamente
eso no puede ser considerado no—ser, sino por el contrario, es un algo. Un
estado de nada nunca podría existir por sí mismo, sin ser algo. Y para terminar,
filosófica y lógicamente, debemos aceptar la idea de que el ser siempre ha
existido y que nunca podría haber tenido un principio, porque, ¿de dónde habría
venido? Si intentan asignarle un origen los seres humanos al ser, primero es
una falta de respeto, y segundo lógicamente regresaran siempre a un estado de
alguna condición o cualidad que en sí,
es ser. Además, ¿puede haber un final para el cosmos—en el cual el ser se disolviera,
se absorbiera, se sumergiera o desapareciera? El Ser, jamás puede ser
destruido, porque eso supondría, que existe una nada en la cual desaparecería,
y la nada nunca ha existido. El filósofo griego Heráclito, hace miles de años:
expuso también que la materia está en constante transformación. Sin embargo, el
ser puro no es sólo materia, sino que lo fundamenta la energía de la cual se está
transformando.
Espero que al menos algo comprenda de este tema.
En vos confió
Peter Bustamante