Saturday, February 22, 2014

‘LA LLEGADA DEL NACIONALISMO’




‘LA LLEGADA DEL NACIONALISMO’

LA LLEGADA del nacionalismo, al finalizar la Edad Media, dio origen a la ciencias moderna. La abstracción, las opiniones y la fe, quedaron apartadas de conocer todo lo del mundo fenomenal, es decir, del conocimiento derivado a través de los sentidos. Roger Bacon, más conocido por el Monge franciscano, aconsejaba a los hombres que olvidaran los conocimientos tradicionales que no pudieran resistir la prueba empírica. Examinar la cosa en sí, era la amonestación; extraer de ella sus cualidades perceptibles y dejar que estas solas queden como conocimiento. Unos cuatrocientos años después, Sir Francis Bacon, filósofo inglés, que perteneció a la Orden Rosacruz y científico, exhortó a los hombres a que recurrieran al método inductivo para tener acceso al conocimiento. Aconsejaba que se comenzara con lo discernible y lo particular, avanzando de un hecho tal a otro, y deducir finalmente, de esos hechos, los principios generales. Dos siglos más tarde, Augusto Compte, filósofo francés, expuso su positivismo. Incitaba a que abandonasen la especulación acerca de las causas finales y la esencia de las cosas que el hombre puede que jamás conozca; abogó, en cambio, para que los hombres investigaran los fenómenos perceptibles, analizaran su naturaleza y aceptaran como único conocimiento aquello que es revelado como realidad a los sentidos.

  Quiero que comprendan, que en esas doctrinas estuviera escondida la semilla fértil del Materialismo. Para el hombre la realidad estaría limitada a lo que él pudiera percibir con sus sentidos receptores. Esos sentidos del hombre eran con frecuencia burlados y limitados en sus poderes, y, sin embargo, rápidamente admitidos. Y en cuanto a la ciencia, desafortunadamente se inclinó al principio, a la visión de que las interpretaciones de las impresiones sensorias eran imágenes de realidad absoluta, externas a la mente. Más tarde se admitió que las cualidades asociadas con los objetos perceptibles no eran necesariamente inherentes a ellos. El color, por ejemplo, no existe como tal en el objeto coloreado. No obstante, el criterio sobre lo que es conocimiento continuo siendo la experiencia precisa de un fenómeno. Bajo condiciones controladas, si los hombres percibían del mismo modo ciertos fenómenos, sin ninguna variante, eso era aceptado como su naturaleza real o verdadera. Eso constituía el conocimiento positivo o realidad.

  Las masas no se adhirieron a esa opinión. No estaban preparadas para rechazar creencias tradicionales, ni muchas de las verdades que se aceptaban como evidentes por sí mismas. Quiero que se den cuenta, que muchas de estas antiguas creencias del hombre común estaban al principio más allá de la confirmación o de la impugnación científicas. La razón de esto era que las técnicas de la ciencia se desarrollaban en formas relativamente lentas. No obstante, ustedes hoy en día, se darán cuenta que cuando al pasar del tiempo los métodos, de la ciencia y el materialismo impusieron su criterio sobre las masas del hombre. En esencia, la prueba era aceptar como verdad lo que puedas percibir, aquello sobre lo cual tus sentidos confieren una realidad. Negar la verdad de tal conocimiento era desacreditar los sentidos. Si ciertas experiencias se aceptaban como realidades demostrables, entonces todo lo demás experimentado bajo iguales circunstancias debía ser tenido como verdad. Si por ejemplo, uno fuera a negar lo que la ciencia traía a su atención visual como teniendo realidad, entonces también tendría que rechazar como realidades sus experiencias visuales comunes.

  Las dificultades se hicieron aparentes a los hombres, porque no podían descartar sus experiencias perceptibles sin detrimento de la realidad del propio ser. Como resultado, en la mayoría de los hombres la verdad se convirtió en conocimiento empírico, preciso. La abstracción filosófica perdió su estima en relación con los criterios establecidos por el creciente materialismo. Uno de los fuertes atractivos del materialismo era la aparente ventaja práctica de sus realidades. Lo que uno podía percibir objetivamente, es decir, ver o sentir con certeza su realidad, era una experiencia que, por lo general, podían confirmar otras personas. Hubo una aceptación social de tales experiencias. Esta aprobación de las mentes  humana, de que otra persona tiene similares experiencias a las nuestras, parecían conceder verdad a las percepciones individuales, Proveyó unidad e hizo posible la cooperación. Los hombres aparentemente podían pensar y actual al unísono si existía un lazo de común experiencias entre ellos. La concepción, la abstracción y aun la lógica, sufrieron un menos cabo en su prestigio cuando no podían ser comprobadas por los hechos, en otras palabras, por la realidad de la objetividad.

  Quiero que ustedes, comprendan  que el entusiasmo por este materialismo se debió, principalmente a la extensión del sentido individual de la propia realidad. Las cosas demostrables, esas que tienen una cualidad que puede ser percibida, aumentaron en el hombre la realización de su propia entidad. De esta manera se convirtieron en una propiedad que se agregó a nuestra naturaleza material y a los placeres de nuestros sentidos. Por otra parte tenemos el ejemplo, que estas cosas proporcionan una mayor longevidad al hombre, aligeran sus labores y extienden sus poderes físicos, dándole más orientación sobre otras ‘cosas’ o realidades independientes de su propio ser.

  Y para dar por terminado este tema, El materialismo, al paso del tiempo, fue más justificado en la posición tomada por su exitoso rechazo a la superstición, y por suprimir los temores de las masas. Quiero que comprendan que fueron impugnadas varias conclusiones  de un eminente pensador de la antigüedad, ‘Aristóteles’ cuyos conceptos fueron terminantes durante siglos. Otros conceptos se tambalearon ante la violenta envestida del análisis científico y empírico. La Tierra no es plana, como se pensó que era; la Tierra no es el centro del universo; el Sol no se mueve a través del cielo de este a oeste; los locos no son poseídos por los demonios; la creación no empezó en el año 4004  A.C. Solamente espero que esta revelación sea del agrado de aquellos que les gustan iluminar su intelecto.

En vos confió.

Peter Bustamante

‘EL FACTOR SEXUAL EN EL MATRIMONIO’

‘EL FACTOR SEXUAL  EN  EL MATRIMONIO’ Es innegable la gran influencia estabilizadora y además generadora de felicidad que c...