¿SON
ABSOLUTOS EL BIEN Y EL MAL?
LOS CONCEPTOS absolutos
teológicos y los dogmas de las
mayorías de las religiones, establecen ciertos patrones de conductas que
sugieren que existe un bien y un mal absoluto. Tales normas o códigos son, sin
embargo, relativos a referencia y conceptos humanos. El concepto del bien es psicológico
básicamente. Está relacionado con la evaluación de la experiencia personal.
Definimos como bien todo aquello que nos produce placenteras y gratificantes, a
todo lo que nos favorece física, mental y psíquicamente. La llamada buena moral
es una satisfacción emocional e intelectual. Una persona, por razones religiosas
o de otra naturaleza, establece un código de conducta que piensa que le es
necesario para su bienestar moral o espiritual. Dado que la conducta que se
requiere es el cumplimiento de preceptos morales, es satisfactoria intelectual
y emocionantemente, y, en consecuencia, es aceptada como bien.
Tal estado o condición positiva como el bien,
engendra su antítesis, su condición contraria que es llamada mal.
Sencillamente expuesto, el mal es aquello que engendra lo contrario al placer
para el ser humano. Lo desagradable, lo nocivo, es, por lo tanto malo. Cada
bien, al asumir una cualidad positiva en la mente del hombre, construye también
un concepto inverso, tal como la luz sugiere su propio opuesto, que es la
obscuridad. Sin embargo existen variaciones de ese concepto absoluto del bien.
Tales variaciones se encuentran principalmente en las categorías de la moral y
la ética. Todos estamos familiarizados con el hecho de que aun en las sextas
cristianas, hay diferentes interpretaciones de la conducta humana, en cuanto a
los términos del bien y del mal. Una sexta fundamentalista declarará como malo
lo que para otra, más liberal, no lo es. Ciertas sextas protestante vituperan
en contra del baile, diciendo que es malo. Por otra parte, para la iglesia católica
éste no es malo. Las sectas no cristiana aceptan muchos actos dentro del campo
de su código moral, los cuales son rechazados por los cristianos como malos, o
porque contribuyen a lo malo.
El bien y el mal por lo tanto, son conceptos
de los humanos: son el producto de la mente del hombre. No tienen otra existencia
que la que les da la evaluación de eventos y circunstancias relacionadas con él.
Arbitrariamente, este puede establecer ciertas condiciones que son
universalmente objecionables para el género humano y después declarar que son
absolutas. Así por ejemplo, él puede declarar que el asesinato, el rapto, el
robo, son malos porque está seguro de que solo pueden causar daño a la
humanidad. Él podría, así mismo, declarar que las virtudes tales como a
caridad, la tolerancia y la honestidad, son un bien universal y absoluto. Pero
repetimos, el punto de referencia es el hombre mismo; son bien o mal sólo hasta
el punto como él reaccione ante ellas. Sin su reacción ante tales actos, no tendrían
un contenido cualitativo.
Místicamente sólo puede haber un bien y es la
inclinación moral, el impulso de la rectitud que el hombre experimenta dentro
de sí mismo. Todo lo malo está con normas aceptadas. En otras palabras, en la
naturaleza no existe un mal absoluto, es decir el concepto mal no es universal.
Yo comprendo y sé que esta declaración, desde luego, es contraria a los preceptos
morales delineados en los varios libros sagrados de las diferentes sextas
religiosas. Si hay admoniciones y prohibiciones contra ciertos actos en las
obras religiosas o en las leyes y costumbre de la sociedad, éstas se convierten
en el criterio por medio del cual el individuo promedio determina qué es el
bien o que es el mal.
Yo ya no espero que
lean o dejen de leer, no arreglaría absolutamente nada.
Peter Bustamante