Sunday, March 10, 2013

“LA VIDA MÍSTICA DE JESÚS”







“LA VIDA MÍSTICA DE JESÚS”

En los Evangelios y versiones autorizadas de la vida de Jesús notamos dos períodos de silencio, sin que nada se diga ni se comente acerca de ellos. Son los años que transcurren desde su nacimiento hasta la controversia con los doctores en la sinagoga, y desde este incidente hasta el comienzo de su misión, ya en plena virilidad. El silencio de los Evangelios respecto de estos dos periodos ha sido causa de muchas discusiones, cuyo resultado fue que algunos críticos negaron la realidad histórica de Jesús. Los incapaces de comprender la divina concepción y nacimiento de Jesús, no vacilan en señalar dichas dos lagunas como prueba de la inexistencia históricas de Jesús.

  Los supercríticos de los Evangelios dicen con algún fundamento que si no relataran con tan señalados pormenores todo lo referente a la concepción y nacimiento de Jesús, no tendría importancia el silencio que guardan respecto a su niñez ni haría sospechar la autenticidad de su existencia; pero cuando se relatan, ensalzan y glorifican con tantos pormenores todos los incidentes relativo a la concepción, embarazo y alumbramiento, es algo significativo el silencio que los evangelistas guardan acerca de la infancia y juventud de Jesús. Seguramente quienes creyeron su deber indagar, reunir y conservar el recuerdo de los puntos esenciales y subalternos referente al nacimiento y a cuanto el nacimiento implicaba, debieron conocer muy bien lo relativo a la infancia de Jesús. ¿Por qué, entonces, el silencio y la completa carencia de aquellos pormenores que hubieran podido ser sumamente interesante y muy esclarecedores para quienes quisieran adorar a Jesús en todas las fases de su vida?

 Pero entiéndase bien que los hechos concernientes a la niñez y juventud de Jesús, no faltan en las crónicas guardadas por quienes no estaban influidos por las decisiones de los “Concilios y los decretos sino diales”, y no encuentran en tales hechos nada que amengüe la grandeza y el supremo magisterio de Jesús el Cristo. Sé que algunos hechos perteneciente a la niñez y juventud de Jesús se han publicado en varios países, les digo a todos que no crean que este que subscribe no lo sabe, lo sé con lujos de detalles, y continuando, ésas publicaciones constan en varios tratados místicos de Occidente; pero el verdadero relato completo y los más importantes pormenores quedaron reservados por las organizaciones que bien los conocían, y al mismo tiempo dichas organizaciones opinan desde ese entonces hasta los presentes días que vivimos, que hasta que el mundo occidental estuviese en disposición de comprenderlos en todo su amplio y esclarecedor significado, fuese mejor mantenerlos reservados.

 En realidad no soy ningún historiador, ni teólogo ni mucho menos de la categoría que hoy en día existen, pero soy un hombre pensante, y creo que ya no existe razón en estos tiempos que vivimos, para mantener estos hechos en reserva, y me place decir que aquellas autoridades que en sus archivos guardan dichas crónicas y con quienes he consultado sobre el particular, convienen en que la actual inquietud del mundo occidental en materia religiosa, y especialmente el deseo por parte de millones de personas de tener un bosquejo más completo de la vida de Jesús, justifican la publicación por vez primera en Occidente de los hechos aludidos.

 Es evidente que Jesús recibió esmeradísima educación, según se infiere del análisis de su vida. La mera circunstancia de que en temprana edad maravillara a los doctores de Israel por su habilidad en responder y en formular preguntas profundas demuestra que en los primeros diez años de su vida recibió una acabada educación disciplinaria. Debemos suponer con perfecta razón y lógica, que como Hijo de Dios o enviado de Dios estaba constantemente inspirado y podía hallar en su inmediato contacto con la consciencia de Dios los iluminadores pensamiento que expresaba. Pero con la misma lógica razonable debemos creer que hubo de recibir en las escuelas profanas la educación necesaria para poder expresar sus pensamientos en el idioma y con las imágenes y descripciones que comprendieran las gentes.
  Los más ilustres artistas han atribuido a la inspiración sus obras maestras; pero todos tuvieron que aprender las técnicas necesarias para manifestar su inspiración, de modo que el pensamiento, el ideal, la pintura, pudieran transferirse de una mente a otra. Los más eminentes compositores escribieron sin duda en los pentagramas movidos por la inspiración, como si del cielo descendieran los más hermosos pasajes de su música; pero todos aprendieron la técnica de expresar lo que por inspiración recibían sus almas. Por muy completa y perfecta que fuera la manera de como estuviera Jesús en contacto espiritual con la Mente Cósmica y con la consciencia de Dios, había de recibir la necesaria educación gramatical que le adiestrara en la expresión del pensamiento y lo capacitara para decir las más hermosas verdades  tan elocuentemente como nadie hasta entonces lo había hecho.
Este articulo lo dedico a los días de la cuaresma, a su propia existencia, espero me comprendan. Y sobre todo a vivir en paz con ustedes mismos.

Peter Bustamante              

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