“TEMAS HISTORICOS”
Un
personaje que figuró destacadamente tanto en la guerra de independencia de los
Estados Unidos como en la Revolución Francesa: el Marqués de Lafayette. Nació Marie Joseph Paul Ives Roch Gilbert du Motier, Marqués de
la Fayette, en el château de Chabanais en Auvergnai, Francia, el 16 de septiembre de 1757, de ilustre
familia que contaba entre sus miembros a un famoso mariscal de
Francia del siglo XV, una favorita de Luis XIV y, por matrimonio, una escritora
ilustre. La familia La Fayette a cuya rama menor pertenecía nuestro biografiado,
tomaba su nombre de unas posesiones en Aix de Auvernia, que pertenecían en el siglo XIII a la
de Motier. El padre de Gilbert fue muerto en Minden en 1759 y su madre y abuelos fallecieron en 1770,
quedando así el muchacho huérfano a los trece años y dueño de una principesca fortuna.
A los dieciséis años contrajo matrimonio con Marie Adrienne Françoise de Noailles (que había de
morir en 1807), hija del duque De Ayen y nieta del duque de Noailles, perteneciente a una
de las familias más influyentes de Francia a la sazón. La Fayette quiso seguir
la carrera de su padre e ingresó en la Guardia Real.
Contaba
diecinueve años de edad y era capitán de dragones cuando las colonias inglesas
de América proclamaron su independencia. “A las primeras noticias de esta
contienda”, escribió más tarde “mi corazón se enroló en ella”. El conde de
Broglie con quien consultó, desalentó su celo por la causa de la libertad, mas,
al ver que la resolución del joven militar era inquebrantable, presentó al
joven entusiasta a Johan de Kalb, que también buscaba el modo de ir a prestar
servicios a Norteamérica, y por medio de Silas Deane, agente norteamericano
en Paris, se concluyó un arreglo el 7 de diciembre de 1776, mediante el cual La
Fayette ingresaría en el servicio militar norteamericano con el grado de mayor general.
En aquel momento llegaron nuevas de graves desastres sufridos por las armas
insurrectas. Los amigos de La Fayette volvieron a aconsejarle que desistiera de
su propósito. Hasta los enviados norteamericanos Franklin y Arthur Lee, que habían
reemplazado a Deane, le retiraron todo estímulo y el propio rey le prohibió
partir. A instancias del embajador británico en Versailles se libraron órdenes
de embargar el barco que estaba fletando La Fayette en Burdeos, y aquél fue arrestado.
Mas el navío se trasladó de Burdeos a un puerto vecino en España, La Fayette
escapo disfrazado a la custodia a que lo tenían sometido y antes de que pudiese
llegar a él una segunda lettre de cachet, se hallaba en alta mar con once compañeros
escogidos.
Aunque
enviaron en su persecución dos cruceros británicos, logro desembarcar sano y
salvo en Georgetown, Carolina del Sur, después
de un tedioso viaje de casi dos meces, y partió presuroso para Filadelfia, a la
sazón sede del gobierno de las colonias. Cuando aquel mozo de diecinueve años,
que sabía solamente el poco inglés que aprendiera durante el viaje, se presentó
al Congreso con la autoridad de Deane, para demandar un rango en el ejército de
los más elevados después del de comandante en jefe, su recepción fue un tanto fría. Los contratos de
Deane eran tan numerosos y para oficiales de tan alta graduación, que el
congreso se veía en la imposibilidad de ratificarlos sin hacer injusticia a los
norteamericanos que por sus servicios tenían derecho a ser ascendidos. La Fayette
supo darse cuenta de la situación tan pronto como se la explicaron e
inmediatamente expreso su deseo de servir a la causa norteamericana bajo dos
condiciones: que no recibiría emolumento alguno y que actuaría como voluntario.
Estos términos eran tan diferentes a los de otros extranjeros, significaban
sacrificios tan grandes, y prometía tantas ventajas indirectas que en el
congreso pasó una moción el 31 de lulio de 1777 proponiendo “que sus servicios
fueran aceptado, y que, en consideración a su celo, su ilustre familia y sus relaciones,
tuviera el rango y la comisión de mayor general de los Estados Unidos”. Al día
siguiente La Fayette conoció a Washington cuyo amigo de toda la vida había de ser.
El Congreso tenía la intención de que su nombramiento fuese puramente honorario
y dejo enteramente al criterio de Washington el darle un mando si lo tenía por conveniente.
La primera batalla en que peleo fue la de Brandywine el 11 de septiembre de 1777, donde dio muestra de
valor y recibió una herida. Poco después consiguió lo que más deseaba: el mando
de una división resultado inmediato de una comunicación de Washington al
congreso, fechada el 1°.de noviembre de 1777
Lo más importante que esta historia Washington ha
comentado.
Les prometo que les daré toda la historia para que recuerden el
sacrificio de un gran hombre.
Traten de vivir en paz con ustedes mismos
Peter Bustamante