“LA
PSICOLOGÍA DE LAS REACCIONES MENTALES”
RECUERDO no hace muchos años, especialista de diversas clases
estuvieron seriamente ocupados estudiando y analizando las reacciones a ciertos
estímulos nerviosos y mentales. En el campo de la psiquiatría y en la de la neurología,
las reacciones comunes, poco comunes, normales y anormales a estímulos de
varias clasificaciones, ambas físicas y mentales o nerviosas, permitieron a los
especialistas diagnosticar y catalogar correctamente el estado físico y mental
de personas que sufrían ya fuera de condiciones crónicas de un origen desconocido
o de extraños complejos resultantes de causas imaginarias. Como un resultado de
muchos años de estudios analíticos comprobados en minuciosos informes que se
juntaron gradualmente y se colocaron en un índices acumulativo de datos
descubiertos, surgió el que habían ciertas formas de reacciones las cuales,
dada su continuidad y manifestaciones fuera de los casos comunes, obligaron a
los especialistas a denominarlas como reacciones comunes, normales o naturales,
mientras que todas las otras reacciones
fueron consideradas como anormales, bajo de lo normal, extraordinarias o
únicas.
Las acciones y reacciones
de animales pequeñísimos y las de animales domésticos, fueron finalmente
implicadas en el programa de averiguación de los especialistas, y no fueron
enseñadas las razones psicológicas, además de las fisiológicas, para que el
perrito utilizara el método correcto de nadar en el lago a su primer contacto
con el agua. El misterio de esta habilidad de saber qué hacer sin ninguna instrucción
previa y sin haberse hallado jamás en el agua, fue explicado antes sobre la
base de la reacción a un estímulo poco común o anormal, aplicado al sistema
nervioso por el repentino contacto con el agua fría. Yo me recuerdo que aprendimos
que las mismas reacciones a estímulo poco usuales causaban que si teníamos algún
experimento por ejemplo: de estímulo y tomásemos un pajarito para que abriera
sus alas y tratase de volar cuando se le empujaba, por primera vez, del borde
de su nido en algunas ocasiones no funcionaba.
Gradualmente aprendimos
a entender por qué los niños gritaban asustado al presenciar un cuadro
horripilante, o por qué corrían tan naturalmente hacia el padre o hacia la
madre en un momento de aparente peligro. Me he dado cuenta que una cuidadosa
lectura de libros que no han sido en estas materias de la psicología y psiquiatría
contienen temas que no aparecen en los tratados, la razón de que esto suceda es
que en las universidades solamente existen libros que dichos centros docentes nos
dan, es lo mismo que pasa en diferentes países, los temas fundamentales son los
mismos, pero hay temas que no aparecen y aparecen en otros lugares, la lectura
de todos los temas relacionados a la psicología y psiquiatría son muy amplios,
ejemplo: existen temas que nos llevarían a pensar que todos nosotros-como seres
humanos y con la misma clase de consciencia en todas nuestras células-vivimos y
actuamos y formamos nuestro pensar y nuestro razonamiento totalmente de acuerdo
con las reacciones automáticas excitadas en nuestro sistemas físico y psíquico,
nervioso o mental.
La búsqueda de
comida, cuando se está hambriento, no es más que una reacción; el deseo de
beber cuando la humedad del cuerpo origina un estímulo sobre parte del sistema
nervioso es, verdaderamente, otra reacción. El placer que derivamos de la música
o de un viaje por campo abierto, o el sabor de alguna buena comida o el olor de
un aroma agradable, son otras formas de reacciones resultantes de ciertos estímulos
específicos. Todo esto trajo a nuestra comprensión ciertas acciones
fundamentales de nuestra parte, a las que previamente veíamos como instintos
primitivos y naturales. Pero a pesar que la psicología la erradicaron como no
conocida como una ciencia, ha hecho claro para nosotros los desterrados, que
algunos de estos casos, como la automática intención de preservarnos y preservar
nuestra integridad física, aparentemente no eran puramente instintos subconscientes mantenidos en nuestras consciencia
presente desde los días de nuestra primitiva existencia. La demanda fue hecha
por las nuevas escuelas de los reaccionarios: que cualquiera que fuese lo que
nos amenace momentáneamente, actuaba como un estímulo sobre los sistemas mental
o nervioso, y esto, a su vez, producía la reacción automática que se manifestaba
como una intención de protegernos o preservarnos. Siempre he creído que la preservación
de sí mismo era la primera ley de la existencia consciente, y que toda criatura
viviente y consciente, desde la más primitiva célula hasta el grupo más complejo
de células conocido como el cuerpo humano, expresaría este instinto al encarar
el peligro, y lo haría sin haber tenido ningún estímulo especial que lo originase.
Pero no nos queda más remedio que aprender de la psicología las reacciones
mentales—aparte del estudio de las reacciones fisiológica que hay otros
instintos comunes, normales y naturales a todos los seres humanos, que pueden
entre comillas, no derivarse de antiquísimos periodos primitivos de existencia.
Espero que este tema sea de conocimiento en esta nueva
etapa que vivimos.
En vos confió.
Peter Bustamante