LA
HIGIENE SEXUAL
‘NO DEBE SER TEMA PROHIBIDO’
LA importancia del sexo
y de la sexualidad, tomada esta expresión en su acepción más amplia, es
innegable. Se ha hecho, sin embargo, en torno a este problema, una especie de ‘confabulación
del silencio’, como si, al no hablar del tema, éste dejara de existir, o las informaciones
erróneas o mal intencionadas, fuesen preferible al conocimiento limpio y
adecuado de los problemas del sexo, tan íntimamente ligados a la vida y la
conducta humanas. Así como la gran energía de una maquina a vapor,
correctamente canalizada y dirigida, es útil y en cambio, ignorada o mal
dirigida, puede causar una catástrofe, también el instinto sexual con que dotó
el Creador al ser humano, puede ser para cada uno y para la sociedad un
motivo de felicidad y progreso, mientras que el mal manejo del mismo puede causar
infelicidad personal y daño a la comunidad.
En la historia
de la humanidad se repiten épocas de mayor libertad sexual o para decirlo más
claramente, libertinaje. Aunque en Hispanoamérica el problema no es tan
marcado como en ciertos países europeos y otros, de acuerdo a ciertas
evaluaciones en la historia de la medicina, púes se conserva mejor la unión de
la familia y no se han abdicado ciertas normas morales, pero en estos momentos,
tenemos que ponernos en guardia contra la exaltación y sobrevaloración de la
sexualidad que es una amenaza inminente de invadir también a Hispanoamérica,
que dicho sea de paso creo que es demasiado tarde. Se están registrando la
falta de escrúpulos morales se ha acentuado desde la segunda guerra mundial.
Contribuyen a
este deplorable estados de cosas muchas de las películas que, con fines de
lucro, son francamente inmorales, llegando a veces a la obscenidad y aun a la pornografía.
También a la literatura actual muchas veces se muestra esta tendencia, llamando
la atención que los libros a veces más crudamente sexuales han sido escritos
por mujeres. Otro factor es la excesiva libertad de los adolescentes de ambos sexo,
que abundan de la misma en formas destructoras para ellos y la sociedad. En
realidad es imperioso poner una valla a la inmoralidad que en estos momentos, está
invadiendo la droga y el sexo globalmente. Los padres, los dirigentes
religiosos y los educadores, pueden y deben hacer su parte para que la juventud
conserve las normas morales del decálogo, que les darán una vida más feliz que
la que pueden alcanzar con efímeros placeres que manchan a veces arruinando sus
vidas.
‘ME PREGUNTO SERÁ DEMACIADO TARDE’
No puedo mentirles, creo que se nos ha ido de las manos.
Pero terminaré este tema una enseñanza correcta suele bastar para guiar al
niño, pues en la infancia hay más curiosidad que impulso sexual. En la adolescencia
el problema se hace más complejo, pues el desarrollo de las glándulas sexuales
hace aparecer en mayor o menor grado el instinto sexual. Es el deber de padres,
maestros, médicos y consejeros religiosos ayudar a los jóvenes en esa difícil época
de su vida, para facilitar una actitud correcta frente al problema del sexo.
Desafortunadamente no tiene sentido tratar algo que no está
en nuestras manos ya la hemos perdido, están en las manos que menos imaginan
ustedes.
En vos confió.
Peter Bustamante