‘EL ATAQUE
EPILÉPTICO’
SE PRODUCEN sucesivamente: el aura, la pérdida
del conocimiento, acompañada de la caída
y del llamado grito inicial, las convulsiones tónicas, las convulsiones clónicas y el coma. AURA. —Son los síntomas del
ataque que preceden a la pérdida del conocimiento. Solamente la mitad de
los epilépticos presenta aura. Esta consiste en una cesación que puede diferir
grandemente de un paciente a otro, pero que es siempre igual en los diversos ataques
del mismo enfermo. Una forma común es una sensación especial en “la boca del
estómago” o epigastrio. También es frecuente, especialmente si hay una
causa localizada en la corteza cerebral, una contracción o sensación anormal en
uno de los miembros o de un lado de la cara. Otras veces el epiléptico percibe zumbidos
de oído, o voces, o luces, o ve una escena que le han impresionado, o siente
olores o sabores desagradables, etc. Habitualmente el aura es tan breve que el paciente
no tiene tiempo de sentarse o acostarse antes del ataque. Rara vez da tiempo de
hacerlo, y ocasionalmente el paciente puede detener el ataque comprimiendo, por
ejemplo, el miembro afectado por el aura.
‘PERDIDA DE CONOCIMIENTO’
Bruscamente el epiléptico pierde el conocimiento y se pone pálido, cae
al suelo como fulminado y puede lesionarse. Es frecuente que al mismo tiempo
que ocurre la pérdida del conocimiento y la caída se produzca también un grito
ronco e impresionante. CONVULSIONES TONICAS. —Casi simultáneamente con
la caída, los músculos del epiléptico se ponen rígidos, quedando los miembros
extendidos, el purgar flexionado en la palma de la mano y recubierto por los
otros dedos, la cabeza echada hacia atrás, la cara contraída y los ojos rotados
hacia arriba. Como por la contracción de los músculos de la respiración, ésta
no se produce, la piel del paciente toma un color azulado. Las pupilas están muy
dilatadas, dato que conviene observar para poder dárselo al médico. Los
maxilares están apretados y a veces el enfermo se muerde la lengua. En este
periodo o en el siguiente hay perdida de orina y a veces también de materia
fecales. Este periodo de convulsiones tónicas dura habitualmente medio minuto, pasándose
al periodo siguiente.
‘CONVULSIONES CLONICAS’
Los músculos de los ojos, la cara, los maxilares, la cabeza se contraen
en formas intermitente, aumentando gradualmente de intensidad las sacudidas de
distintas partes del cuerpo. El paciente se golpea frecuentemente la cabeza
sobre el suelo. La respiración se hace
entrecortada y estertorosa y, a menudo, sale espuma por la boca, a veces
sanguinolenta por las mordeduras de la lengua. Luego las convulsiones
disminuyen gradualmente hasta cesar. La duración de este periodo de
convulsiones clónicas es habitualmente de 2 ó 3 minutos, pero puede durar más
tiempo.
‘ESTADO DE COMA’
Terminadas las convulsiones el epiléptico queda sumido en un profundo sopor,
con respiración estertorosa, músculos completamente relajados y sudor fétido.
La duración de este sueño profundo es variable. Al despertar, el epiléptico suele
estar deprimido, con dolor de cabeza y con músculos también doloridos. No
recuerda absolutamente nada de su ataque, salvo el aura. A veces el ataque
puede provocar complicaciones, como una fractura o una herida causada por la caída,
o hemorragias pequeñas en la piel y la mucosa. etc. Los ataques pueden ser muy
escasos, uno o dos por años, o repetirse con frecuencia. Cuando los ataques se
repiten sin que entre uno y otro el enfermo haya recobrado el conocimiento, se
dice que hay estado de mal epiléptico. Se acompaña habitualmente de fiebre,
pulso rápido y respiración acelerada.
‘EPILEPSIA JACKSONIANA’
Se caracteriza porque las convulsiones son parciales y no están acompañadas
habitualmente de pérdida del conocimiento. Se inicia habitualmente el ataque en
un solo grupo de músculos, extendiéndose gradualmente al resto del miembro. Es
causado habitualmente por una lección localizada de la corteza cerebral (traumatismo,
tumor, inflamación localizada). Este caso cura bien con una intervención quirúrgica.
‘EPILEPSIA
NO CONVULSIVA’
Los casos más característicos son los que acompañan de pérdida de
conocimiento (generalmente muy breve), pero no de convulsiones. Aunque la pérdida
del conocimiento puede causar caída, el más frecuente es que sea brevísima, manifestándose
por la llamada “ausencia”, durante la cual el paciente palidece, deja bruscamente de hablar o de trabajar, o deja caer lo que tenía en las manos,
cambia la expresión de su rostro y se
dilatan las pupilas. En pocos segundos todo vuelve a la normalidad.
Ho he querido darles este tema que
tiene una amplia gama de tipos de epilepsia que no he nombrado, espero sea de
su entero agrado en el saber.
Peter Bustamante