Monday, November 19, 2012

“EL SIGNIFICADO DE LA VIDA”






“EL SIGNIFICADO DE LA VIDA”

Si se nos preguntara, ¿Qué es la vida?, la mayoría  de nosotros estaríamos duramente abrumados por la respuesta. Quizás quisiéramos  que la pregunta fuera calificada. Podríamos preguntar  si ella se refería al fenómeno de la vida o concernía con la distinción entre la materia animada y la inanimada. O preguntaríamos. ¿Tiene la pregunta alguna referencia con las propiedades biológicas y fisiológicas? Otras personas hasta podrían decir: “¿Se refiere usted al aspecto metafísico de la vida, es decir a sus causas primarias y a sus propósitos fundamentales?” Ante tal pregunta, ¿Qué es la vida?, entrarían los elementos  filosóficos. En otras palabras, ¿Está la pregunta refiriéndose al uso humano y al valor de la vida?

  El primer acercamiento a esta pregunta es el siguiente: “¿Cómo reconocemos la vida? ¿Por qué decimos que una cosa está viva y otra no?” La vida se distingue por el fenómeno de la consciencia. Pero hasta eso es una descripción o término muy general. Es mejor decir que la vida es la respuesta de una cosa a su existencia, tanto interna como externamente. Una cosa puede no aparecer respondiendo a sus alrededores externos y, sin embargo, estar viviendo. Un organismo viviente responde a su propia naturaleza. Es sensitivo a los requerimientos de su substancia, la necesidad de ser lo que es. Esta función es consciencia. Es la principal característica que distingue la vida.

  El hombre primitivo estaba, evidentemente, grandemente impresionado por esta respuesta de las cosas vivientes a si misma y a sus alrededores. Esto sugirió al hombre primitivo un intento, un propósito y un acto de voluntad. Esto podría ser resumido como espíritu o mente. Así, de todas las cosas vivientes o que se asumía que lo estaban, se pensaba que incluían actos de voluntad, es decir intentos o propósitos. Esta creencia que el hombre tuvo acerca de las cosas vivientes aplicó a todas las formas, fueran ellas una hoja, un insecto  o el hombre mismo. En vista que las cosas vivientes fueron concebidas como sintiendo, pensando y actuando, ellas eran consideradas causativas. Siendo causativas, tenían que ser superiores a esas que no estaban vivas. Una cosa viviente tenía un poder que ella podía ejercer sobre los objetos inanimados. El hombre observó que existían muchos fenómenos  en la naturaleza que estaban más allá de su control o dirección. Las acciones de estas cosas eran positivas y eran también poderosas. El rayo destruía los arboles en la tierra, el sol salía y se escondía, las mareas subían y bajaban. Para el hombre primitivo todos estos fenómenos parecían determinativos; en otras palabras, como los hombres ellos parecían estar vivos y causativos. Esta creencia en que la naturaleza está viva se llama hilozoísmo. Por lo tanto, la calidad de la fuerza vital, la vida que descendía en las cosas terrenas se pensaba como divina. Se asumió esto, porque ello participaba de los atributos causativos, activos, de la naturaleza en sí misma.

Fuerza de vida
  Entre la primitiva gente malaya, se pensaba que el principio vital era ubícuo, que existía en todas partes. En este principio vital, o vida, estaban las réplicas de cada individuo. Estas réplicas entraban y animaban un cuerpo. Se creía que un ser pequeño estaba dentro de la más grande forma humana. En otras palabras, para esta gente primitiva, la fuerza de vida en sí tenía una forma. Se presumía que cualquier cosa que estuviera viva tenía dentro de sí una cosa movible, causativa. Además entre mucha gente primitiva la vida estaba estrechamente conectada con la sangre. Se pensaba que la vida y la sangre estaban relacionadas. Los antiguos egipcios  decían que la muerte  era una falsedad, porque ningún hombre que vive jamás la ha experimentado personalmente. Lao-tse, antiguo metafísico  chino, dijo que la vida y la muerte eran como la noche y el día; la fuente de la vida es la muerte. No podía existir principios separados como la vida en sí, porque la vida es precisamente una reciprocidad, un intercambio entre dos estados opuesto. Por otra parte, los antiguos hebreos consideraban a la vida una entidad concreta residente en el cuerpo humano. Ellos llamaban Nephesh a la vida. Para ellos era algo físico que estaba dotado de muchos atributos. Esta entidad viva estaba relacionada con la respiración; sin embargo, no era respiración. Más bien, la respiración era precisamente el medio para transmitirla.
Punto de Vista Científico
  Durante centurias, uno de los más grandes desafío y misterio para la ciencia ha sido también el fenómeno de la vida. Los científicos, por supuesto, tuvieron que exceptuar con cualquiera teoría del sobrenatural tocante al origen de la vida. También, tuvieron que descartar las nociones metafísicas y místicas. Ellos tuvieron que conformar a su propósito declarado—investigar a lo largo de líneas estrictamente empíricas y objetivas. La ciencia fue por mucho tiempo una de las que afirmó que la vida era el resultado de compuestos químicos que producían esa reacción que experimentamos como el fenómeno de la vida. Sin embargo. Un eminente biólogo, dijo: “Por otra parte, debe permitirse que la vida es una actividad única”. Posteriormente fue admitido por los científicos que: “La vida es una actividad de organismo que requiere para su descripción conceptos que transcienden aquellos del mecanismo”. Era el pensamiento que los principios mecánicos, solo no eran la solución para la vida. Y para terminar quiero que entiendan que hoy en día, la ciencia tiene y cree que tiene la formula química de la vida. La llamada DNA. Una simple abreviatura que solamente es una molécula en la célula humana fertilizada. Se estima que pesa diez trillonésimos de una onza. Toda la característica transmitida de la vida es introducida dentro de esta DNA.
Bueno lo mejor en estos casos es mantener silencio.

Que la paz more en sus corazones.

Peter Bustamante 

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