Monday, July 9, 2012




  

"Conducir o seguir buscando un líder"


Hoy en día las masas del mundo desean liderato. Fuertes líderes usualmente se convierten en líderes populares, especialmente de la “juventud” que de buena gana sigue al líder. ¿Está siempre bien seguir a un líder? ¿Está mal  ser un seguidor? ¿Cuál es el rol de un líder? ¿Debemos conducir  o seguir? Exploremos este problema buscando repuestas a estas preguntas.

  Conducir es causar o atraer a otros a seguir el camino de uno o duplicar su ejemplo. La historia occidental es principalmente un desfile de líderes desde Moisés, quizás a cualquiera de los estadistas o políticos de hoy en día. Repercutiendo sobre esa historia, de inmediato se hace evidente que no todos los líderes, eran o son idealistas, “buenos”, o uno al que seguir. Algunos fueron simplemente líderes, o tuvieron ese poder de atracción que originaba que otros lo siguieran, precisamente como el Flautista de Hamelin condujo las ratas al río para ahogarlas. Pero recuerden que después de servir a la ciudad librándola de la peste de las ratas, el Flautista no fue gratificado como se le prometiera, por lo cual él, entonces, usó su atrayente poder de liderato para conducir a los niños de la ciudad a una montaña en el campo para desaparecer. De este modo, el mismo liderato puede servir para bien o mal.      

  Como seres humanos inteligentes tenemos el derecho y la responsabilidad para pensar por nosotros mismos. En todas las cosas deberíamos considerar y pensar todos los aspectos de una situación antes de alcanzar una decisión. Entonces desarrollaríamos el coraje para defender nuestra decisión, aun al punto de estar solos en su defensa. Cuando esto ocurre nos convertimos  en un líder, porque no existe otro para seguir. Muchos de los más grandes líderes comenzaron solos debido al coraje de sus convicciones. Solamente más tarde  y después  de mucha resistencia las masas comenzaron a seguirlo y alabarlo como grandes líderes.  Desgraciadamente, no todos los líderes están motivados por el altruismo. Algunos solamente buscan o agarran poder sobre los otros para servir a los grandes intereses  y monopolios pero jamás para el pueblo.

  Muchas páginas de la historia están manchadas de sangre con las leyendas de líderes “insensibles” que trajeron crueldad y sufrimiento a aquellos que sojuzgaron y forzaron a seguirlos. Solamente un servidor voluntario y entusiasta califica a un gobernante  para ser aclamado como líder. Es definitivamente no un derecho invariable el seguir al llamado líder. Los déspotas  y los tiranos eventualmente son siempre removidos por los líderes idealistas  y dedicados. ¿Está mal ser un seguidor? ¡Por supuesto que no! Sin seguidores jamás pueden existir los líderes. No todos nosotros poseemos ese chispazo extra de inspiración, la osadía de hacer, el coraje de distinguirnos y la determinación de ganar por virtud.  Aquellos  que poseen  tales cualidades  apoyo, pero en estos tiempos lo que mas necesitamos es una gran LUPA,  para poder buscar a un ser humano con esas clases de cualidades, existe una gran diferencia entre un seguido y un renunciante. Un renunciante ni conduce ni sigue; nada hace que no sea envidiar al líder y desprecia al seguidor. Un seguidor  adopta el mismo propósito de su líder y da la bienvenida a la dirección superior en lograr esos propósitos.

  La vasta mayoría de nosotros hemos conducido mal, y hemos seguido simplemente por impulsos. Desafortunadamente es la naturaleza del hombre y estamos pagando esa deuda ya debemos  de comprender. ¿Cuál es el apropiado rol de un líder? Tácito nos dice que la razón y el juicio son las cualidades de un líder”. Ciertamente, toda la humanidad está diariamente y a cada hora  enfrentando decisiones para determinar la conducta de vida.

  Algunos de nosotros parecen ejercitar mejor la razón y el juicio en esas decisiones. Otros experimentan  dificultades en alcanzar  una decisión por temor a equivocaciones. Voy a citar un pasaje de Jesús cuando dijo: “Y si el ciego conduce al ciego, ambos caerán en el foso”. Uno debe conocer el camino para que otros puedan seguir. Si a través de la timidez, La falta de confianza o el letargo, jamás  existe ni existirá ninguna dirección, y todos debemos pagar, sufrir y seguir  vagando sin propósitos, sin una razón y mucho menos una meta en esta tierra. Yo, Peter Bustamante  en mis pobres formas de raciocinio esto no seria vivir sino desperdiciar la vida. Vida es vivir ¡y con un propósito!

Solamente me queda que  desearles que vivan en paz consigo mismo.

Peter. Bustamante       

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