Sunday, August 5, 2012





¿YO ME PREGUNTO? ¿ES UN ERROR LA DEVOCION AL DETALLE?


   ¿Es intelectualmente inferior el individuo que se dedica metódica y meticulosamente a los detalles? ¿Qué es más recomendable: hacer numerosas cosas a nuestra propia satisfacción, o asignar detalles a otras personas? Estos son temas muy discutido principalmente en el mundo de los negocios, académicos y social. Una posición arbitraria con respecto a ellos, o sea, una solución específica a estos asuntos, ha resultado a veces considerablemente difícil para ciertos individuos. A menudo uno a parecido ser negligente o indiferente porque no esta inclinado a perseguir detalles. Ha hecho sentir a otros, que ellos tienen una mentalidad pequeña porque les gustan los detalles involucrados en diminutos particulares.

   Existen dos factores principales que deben ser considerados en cualquier proyecto planeado por un individuo. El primero es eficiencia, el segundo es economía. La regla de la eficiencia es hacer bien el trabajo en un mínimo de tiempo. Aunque una persona esté ejecutando algún deber para sí, se presume que no puede dedicarle, al mismo, una cantidad indefinida de tiempo. Desde luego, la excepción de esto es donde el individuo disfruta particularmente de su actividad y la prolonga indefinidamente por el placer derivado de ella. Esto sin embargo, constituye entretenimiento más bien que trabajo. Psicológicamente, es aconsejable, naturalmente, que se haga lo que agrade, siempre que se pueda. Sin embargo, deberes necesarios, aunque sean desagradable, no pueden ser postergados por placer. Por consiguiente, pensaremos que e tiempo es un factor en cualquier cosa que debe ser ejecutada.
  
   Un análisis de las eficiencias se resuelve, por lo general, evitando desperdiciar movimientos o esfuerzos. Por analogía, supongamos que se obliga a una persona a recoger dos objetos distintos de un grupo para juntarlos en una sola pieza. La eficiencia consistiría en agrupar los dos tipos separados de objetos, de modo de formar convenientes pilas. Ciertamente nadie desearía colocar todos los objetos en un montón, requiriendo así que fueran clasificados antes de cada arreglo. Después, necesitaría un estudio de los dos objetos separados para determinar su relación. ¿Cuál sería el método más rápido de ensamblarlo o unirlos? No sería eficiente dar esta consideración cada vez que se recogieran los objetos. También existe el asunto de la adaptabilidad del individuo a la tarea. Algunas personas son más diestras que otras. Hay también aquéllos que pueden tener, aplicándonos a esta analogía, mejor actitud mecánica, significando que un problema mecánico y sus enredos son comprendidos más rápidamente para alcanzar su solución.

   Se sabe que muchas personas de temperamento artístico, como los músicos, parecen ineptos aun en la simple tarea de sacar un clavo o de quitar  un tornillo. Esta falta de eficiencia no es del todo inherente al individuo; puede ser una aversión cultivada resultado de una observación insuficiente de las más simples técnicas mecánicas Además, la aversión puede causar una torpeza inconsciente con instrumentos o maquinarias. El otro elemento que entra en la ejecución de cualquier proyecto, como hemos dicho, es la economía. Si el costo entra dentro del resultado final de cualquier programa de trabajo, entonces es de importancia vital de la cantidad de tiempo y trabajo consumido. Es patente, por ejemplo, que si nuestra poca actitud mecánica y por tanto ineficaz consumiendo tiempo innecesario en su trabajo, no se le debe emplear en ese tipo de actividad. Por economía, lo mismo que por eficiencia, debemos considerar la actitud de la mente del trabajador. ¿Le gusta lo que se le pide que haga? ¿Se le ha asignado una tarea que lo molesta y lo irrita, comete equivocaciones o repite sus acciones? Existe un viejo adagio de que no se debe aparejar a un arado un caballo de carrera.
 
   Todo éxito sea este de lo que fuese, empresas computación servidores, en fin todo lo que equivale a el éxito o conquista es evolucionada. Se la puede concebir, o imaginar de primera intención, en su integridad como una cosa completa, pero por lo general, existen varios elementos que deben entrar dentro de su finalidad. Un ejemplo: existen dos tipos de personalidades creadoras: uno es ‘DEDUCTIVO’, y el otro es ‘INDUCTIVO’ en su acercamiento a la creación. El primero, el deductivo tiene una gran facultad de visualización. Dentro de su consciencia percibe la imagen final, el plan y cualquier función o propósito que pueda servir. Para concebir la imagen final, debe tener algún concepto también de los factores de que está compuesto. Como analogía adicional, no se puede imaginar muy bien una puerta sin la idea correspondiente de la manera en que se le va a abrir o cerrar. Con semejante idea vendría el pensamiento de que se necesitarían bisagras para el apoyo y movimiento de la puerta. Esto es aplicable a cualquier tipo de proyecto, grande o pequeño. De lo contrario tiende al fracaso, esto es contando con aquellos que se lo saben todo, los pobres ellos jamás entenderán que en esta ‘TIERRA’ todo esta basado en reglas si no saben seguirlas al final será un fracaso.

   La otra personalidad creadora, la inductiva es más minuciosamente analítica. No encuentra satisfacción en un retrato mental, a menos que cada una de sus partes, con su relación, sea comprendida. 

Traten de vivir en paz y armonía con ustedes mismos.

Peter Bustamante                                 

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