¿SUS PROPIEDADES MENTALES?
Parece que la época presente en
que vivimos es testigo de un complejo de paranoia que está desmejorando
la calidad de la vida. Es lógico
por muchas razones, que desafortunadamente no podemos controlar debido a muchos
factores que tenemos en estos momentos cruciales, es algo global que es
imposible de detener. Nuestras autoimpuestas falsas imaginaciones que nos
presentan nos están dando alcance, hasta
el punto de llegar a la locura. Existe por este efecto una pérdida del sentido
de la verdadera totalidad del ser, un encanto, oropel y en las irrealidades del
día. Las trivialidades del vivir aparentemente son agrandadas y ahondadas hacia
lastimaduras emocionales de inquietud y hasta complejos de persecución. El
semblante cansado es ahora la divisa de la modernidad.
Mientras que prevalece la cólera a nuestro
alrededor como la moda, soltando las presiones modernas de nuestras crecientes frustraciones
modernas que nos imponen, y por lo tanto las anteriores válvulas de seguridad,
freno, cortesía y bondad, se han vuelto perlas de gran precio, perdidas según parece
en la Atlántida de otra época. Pero a pesar del prevaleciente caos, que han
impuestos con sus retoricas de confusión y viejos patrones de liderazgo semejantes
a viejas estampas descoloridas, van llevando a la clase pobre a estos síntomas de ver una sociedad en decadencia,
puede ser que el hombre todavía esté en el umbral de su más grande
descubrimiento. Especialmente durante las pasadas varias décadas el poder del
pensamiento y de saber razonar se ha vuelto reconocido como una fuerza incalculable,
que ha sido un gran potencial en las vidas de los seres humanos en todos los
niveles. Para estar seguros, este concepto había sido promulgado durante siglos
por antiguos maestros y filósofos. Y en los tiempos más modernos, durante el
siglo XVII, un renombrado filósofo reveló la verdad a lo largo de estas líneas que
el mundo no estaba preparado para comprender y mucho menos para aceptar.
Fue Descartes, el francés, quien declaró: “Pienso, por lo tanto
soy”. En esta sencilla explicación puede encontrarse la pista de nuestra propia
naturaleza, de nuestro ser, y la clave para todas nuestras curaciones. Aparentemente,
Descartes reveló la parte invisible de nosotros (que parecemos ignorar)
—el aspecto subconsciente y espiritual; la realidad y vivencia creadora
encontrada sólo por dentro; el reino del cual han hablado hombres sabios a través
de todas la épocas; la Causa y Fuente Principal de todo goce externalizado de vivir. ¿Y qué puede
ser este estado omnipotente, este paraíso terrenal? Su consciencia y mi
consciencia; su poder pensador—pensamiento—lo invisible en lo visible; la
fuerza mágica que gobierna en la naturaleza; el hombre y el universo. Algunos
lo llaman inteligencia infinita o Dios.
Hoy de una manera real, práctica en esencia y no limitada a la retórica
de los académicos, existe un creciente conocimiento de este poder surgente del
pensamiento, y nos estamos dando cuenta de la sabiduría y la humanidad de Walt
Whitman: “Ese hombre es mucho más de lo que parece entre su sombrero y sus
botas”. Nosotros estamos aprendiendo a través de la pobreza, hambre y contienda;
estamos aprendiendo a través de guerras, ideologías variadas y los tormentos de
la transición interna. Estamos aprendiendo que el poder del átomo, temibles
como es, es sólo secundario en la formación de la civilización y la armonía
individual, comparado con la infinita creatividad del pensamiento. El
espectacular aterrizaje en la luna puede ser considerado como una gota en el
barde de la inteligencia sin límites que prohijó el hecho científico.
Debería con derecho ser aclamado como el hijo de la Mente Universal, el legítimo
retoño del pensamiento del hombre desarrollándose—Dios
manifestado externamente a través de nuestra comprensión de la ley natural.
El énfasis puesto en el aspecto mental del hombre y del universo los
últimos 60 años, indica que ha estado ocurriendo una revolución en el reino de la
mente. El conocimiento empírico y el análisis de los científicos mentales no
son la única verdad. Pero, por lo menos, la psiquiatría y la psicología, a pesar de sus factores
limitadores, han puesto como escenario para una vida panorámica del hombre
completo. Las prácticas de la medicina moderna han sido influidas a gran medida
por la vanguardia de la psicoterapia. El médico relaciona hoy la enfermedad con
la mente, la emoción y el humor del paciente. De aquí que la receta más comúnmente
usada en su entera farmacopea sea el omnipresente sedativo, el predilecto
eficaz de doctor y paciente que surge como tratamiento de la mente.
El descubrimiento de estos agentes de curaciones más ingeniosa, su
externo uso precursor del descubrimiento, ¿es, también, de un poder y libertad recién
encontrado dentro del hombre? O, ¿es que algunos de los untuosos anuncios
comerciales se han apoderado tanto de nuestro hogar como también de nuestras
vidas? Si no estamos viviendo solamente para sobrevivir, quizás entonces,
estemos perdiendo la esencia y reverencia de nuestro verdadero ser. Ciertamente.
Vivir al caso dentro de una tecnología irrestricta y sin consciencia es llegar
a tener poco valor de supervivencia –o vivencia porque se violan las leyes
naturales de la vida.
Traten de vivir en paz consigo mismo.
Peter Bustamante