Sunday, October 14, 2012

¿QUE ESPERAR DE LA MEDITACIÓN?




¿QUE ESPERAR DE LA MEDITACIÓN?
La determinación  de los resultados a ser obtenido  a través  de la meditación depende de la concepción del individuo acerca de la naturaleza y función de la meditación. El así llamado fracaso  o insatisfacción es a menudo la consecuencia de la comprensión equivocada  de la palabra y de la técnica usada. Muy generalmente, en el sentido popular, la meditación se hace sinónimo de la contemplación. En realidad, muchos léxicos o diccionarios relacionan las dos palabras. Sin embargo, filosóficamente –y en forma particular místicamente- hay una distinción muy definida entre la meditación y la contemplación. Tal vez el mejor acercamiento a un uso perspicaz de la palabra sería primero comprender cómo difiere de la contemplación. Contemplar cualquier cosa es mantenerla dominante en la consciencia. Es el enfoca miento de la atención en ella. La consciencia puede ser extrovertida  o introvertida. Podemos especialmente enfocar nuestra atención en la experiencia perceptiva, en las impresiones de nuestros sentidos receptores. Esta es extroversión de la consciencia. Por ejemplo, cuando ustedes leen esto están enfocando su consciencia en impresiones visuales. En otras palabras, ustedes están enfocando su atención en una cosa externa.

  Ahora supongan que ponen a un lado este documento y comienzan a pensar en alguna idea que ustedes han leído o que surgió en sus mentes como resultado de su lectura. Al ocurrir este hecho ustedes están entonces contemplando. Especialmente pueden ustedes decir que entran en la contemplación si no están meramente sosteniendo la idea en la mente como una imagen. Solamente visualizar mentalmente una palabra no es contemplación. Realmente, la contemplación es una forma de razonamiento, un proceso de análisis, Para mayor analogía, ustedes pueden estar tratando de encontrar un significado adicional de la palabra o idea en mente, pueden estar buscando alguna asociación mental  con ella que removerá su ambigüedad y puede hacerla más clara. O luego, de nuevo, ustedes pueden estar pensando en cómo la palabra, su significado, puede ser aplicado a ciertos asuntos de su vida.  Concisamente, entonces, al contemplar ustedes están literal o figurativamente revolviendo alguna ideación una y otra vez en sus mentes y escudriñándola para todas las posibles relaciones de significado y posibilidad.

  Ahora, todo esto es un proceso subjetivo. Hasta cierto punto, no es diferente del así llamado proceso objetivo de la percepción. Por medio de percepción estamos realizando, experimentando ideas formadas por las sensaciones que han surgido de las facultades de nuestro sentido. En el proceso subjetivo de la contemplación también estamos realizando ideas—aquellas ya establecidas en la mente. Tal vez alguna vez hemos experimentado objetivamente la misma cosa que podemos estar contemplando ahora subjetivamente. En la concepción y la contemplación el foco de la atención está meramente en condición reversa del estado objetivo.

  Usemos una sencilla analogía que previamente hemos usado a menudo, es decir, el suponer el estado de consciencia como una pantalla de cine suspendida en el cerebro. Sobre un lado de la pantalla (en el lado externo) están siendo bombardeadas las impresiones del mundo externo que nos llegan a través de los sentidos receptores. Esto nos causa experimentar la realidad, es decir, el mundo fuera de nosotros. En el lado interno de esta pantalla de la consciencia están apareciendo otras impresiones. Estas llegan de la memoria—las impresiones una vez recibidas objetivamente--aquellas creadas por la razón, y las así llamadas impresiones intuitivas. Podemos estar conscientes de estas con igual intensidad que las experiencias perceptivas. Por supuesto, la consciencia no enfrenta ni interna ni externamente. Meramente le damos esta designación a las impresiones de la consciencia, de acuerdo con nuestro entendimiento  del sentimiento como de su punto de origen. No hay nada particularmente místico con respecto al fenómeno mental de la contemplación.

  Millones de personas contemplan diariamente y no pueden ser capaces de dar una definición de la palabra misticismo. Además, si alguien contempla un tema místico, el proceso mismo de la contemplación no es místico. La meditación es el proceso de transformación de la consciencia.  Es el esfuerzo por elevar la consciencia a fin de obtener experiencia en un nivel más elevado o más profundo de perfección interna. La meditación no es la intención para enfocar la consciencia sobre cualquier idea sola en una manera dinámica como en la contemplación. En realidad, en la meditación el objetivo principal es el permanecer pasivo. No es el intento de dirigir, como por mandato, lo que debería ser conocido o experimentado.

  Para usar otra analogía simple: piensen acerca de un espectador sentado en la audiencia de un teatro. Él espera silenciosamente que la cortina se levante—él no intenta visualizar qué es lo que va a acontecer en el escenario. En realidad, él sabe que no tiene conocimiento de la obra y por ello su actitud es pasiva, receptiva hacia lo que le será revelado. Esto, entonces es primeramente una de las actitudes fundamentales de la meditación. Sin embargo la meditación es más que meramente estar pasivo. Está—aunque al decir esto podemos estar contradiciendo nuestras declaraciones previas—está, repetimos, el deseo, el deseo de hacer que la consciencia funcione en otro nivel de receptividad no olviden esto es muy importante. Tan importante que en este estado hay que saber lo maravilloso que funciona mente. Una forma oriental de meditación relaciona tres etapas principales de ella: la primera es la etapa purgación. Esta consiste en intentar desechar de la mente todo pensamiento. Ser receptivo y no permitir que la mente se vuelva atada a una idea en particular por el momento. Significa colocarse uno mismo en un estado de tranquilidad, tan libre como sea posible de toda la distracción, de todo aquello que pueda excitar la consciencia. Admitida mente, en nuestra edad turbulenta y áreas urbanas congestionadas, esto no es simple de logra pero no imposible.

  El místico se refiere a esta etapa  como entrando en silencio. Significa no sólo el silencio físico es decir, el evitar sonidos extraños—sino el silencio mental. Esto a su vez significa una mente que no está preocupada. La segunda etapa se dice que es la iluminación. Es cuando el individuo siente un contacto con una fuente transcendental de conocimiento. Es una clase de consciencia cósmica, el ascenso de la consciencia a un estado de consciencia engrandecido y que lo abarca todo, yo. Peter Bustamante me encantaría que conocieran esas maravillas.
Solamente les pido que traten de vivir en paz con ustedes mismo.

Peter Bustamante          

‘EL FACTOR SEXUAL EN EL MATRIMONIO’

‘EL FACTOR SEXUAL  EN  EL MATRIMONIO’ Es innegable la gran influencia estabilizadora y además generadora de felicidad que c...