Sunday, October 21, 2012

"EL TEMA DEL ESPACIO"



"EL TEMA DEL ESPACIO"


El tema del espacio puede ser dividido en tres clasificaciones mayores: perceptual, conceptual y absoluta. Del primero, o espacio conceptual, surge la noción del espacio que todos tenemos. Las facultades sensorias de la vista y el tacto son la únicas dos de las cuales derivamos esas sensaciones que engendran esta noción de espacio. Por medio de estos sentidos, percibimos tales condiciones que, debido a sus características, son aludidas por nosotros como espacio. Por consiguiente, el contenido perceptual de espacio es una categoría natural, dependiente de los sentidos receptores. La percepción visual del espacio constituye experimentar un vacío, una laguna de realidad visual. El ojo no ve masa o substancia. Esta ausencia de realidad visual tiene una especie de existencia negativa para nosotros. El estado de nada o espacio se vuelve tan real para la mente como los objetos que son vistos. Por consiguiente, hablamos de “ver espacio”, como si fuera una realidad. Una aseveración más cierta sería “veo solamente una extensión”. Las mismas circunstancias se aplican al sentido táctil o aquel del tacto. Donde las sensaciones del tacto terminan, donde no somos más capaces de percibir las cualidades del tacto, eso para la mente es espacio. Nosotros, por ejemplo, pasamos nuestras manos a lo largo de una superficie suave en una habitación oscura. Cuando ya no somos capaces de sentir ninguna substancia más allá de la superficie, nos referimos al área como siendo espacio.
  
   Desde el punto de vista perceptual, el espacio es el límite en el alcance de la percepción, de las facultades de la vista y el tacto. Podemos por analogía, decir que el silencio es una especie de espacio también, pues constituye un limite de nuestros poderes auditivos o del oído. El problema, psicológicamente es de convencer a las personas que el límite de una cualidad, la ausencia de las sensaciones de un sentido, no tienen existencia positiva en sí misma. Debemos pensar del espacio como siendo únicamente la ausencia de la realidad discernible y no siendo realidad de por sí. Por analogía, para el ciego, teóricamente, existe solamente espacio visual, puesto que no puede ver ninguna realidad. Si un ciego fuera también privado del sentido del tacto, cuán difícil sería convencerle que no hay nada sino espacio. Usted sabe diferentemente por supuesto, porque puede discernir lo que el ciego, o quien haya perdido su sentido del tacto, no puede. Debe realizarse, entonces, que lo que usted percibe como espacio no es sino una ilusión. El espacio está realmente lleno de radiaciones de una naturaleza electromagnética y con aire; esto a simple vista son invisibles.

   La segunda clasificación de espacio, el conceptual, concierne a las teorías en particular que los hombres puedan tener del espacio. Filósofos, metafísicos y científicos pueden usar los términos espacio cósmico, espacios estelares y similares. Estos términos sin embargo están relacionados a ciertas condiciones observables a las que ellos arbitrariamente han asignado la palabra espacio para distinguirlo de otros factores. Ellos hablan de espacio como  algo existente, por ejemplo, entre la Tierra y el Sol. Esto no significa en el sentido perceptual porque ellos saben y pueden observar que hay substancia y condiciones celestiales entre los dos cuerpos. Más bien, es la intención el distinguir la región entre los cuerpos de una masa sólida y continua. Obviamente, entonces, puede haber tantas clases de espacio conceptual como hay mentes humanas para especular acerca de ello.
 
   La tercera clasificación, el espacio absoluto, en un sentido, es también conceptual. Es una noción de que hay una condición de nada en que las partículas o masas están suspendidas sin elementos unificadores entre ellas. Algunos de los antiguos astrónomos exponían una teoría del espacio absoluto. Ellos no tenían en ese tiempo suficiente conocimiento de la naturaleza de la luz para realizar que el hecho que ellos eran capaces de percibir otros planetas era una indicación de una transmisión más o menos continua de la luz para ellos de las regiones que ellos llamaban espacio. Es patente que tanto el espacio conceptual como el absoluto son dependientes del perceptual. Si el hombre no pareciera percibir el espacio a través de los sentidos de la visión y del tacto, él no tendría noción de ello para extenderlo en los varios conceptos que él tiene, ni sería capaz de declarar en cuanto a su naturaleza absoluta. Puesto que el espacio no existe, tenemos solamente aquello que podemos percibir por una parte; y por otra, aquello que no podemos percibir. Eso que llamamos espacio es realmente una plétora de energía de varias clases que los simples sentidos no pueden ver o sentir. A veces se alteran entre la masa o substancia que tienen tales cualidades como dimensión, suavidad o dureza, y el espacio perceptual.

   Poniéndolo simplemente, la experiencia revela que podemos ver un objeto, luego aparentemente más allá de él o sobre este lado de él observamos el espacio y luego aun más lejos, otro objeto. Los objetos se dice entonces que ocupan espacio o que tienen diferentes espacios o lugares en él. Esta es la suposición, basada en la percepción, que hay tal condición como espacio que puede ser rellenado con masa u objetos. Y para terminar quiero darle un pequeño ejemplo muy sencillo, quiero que entiendan más esta integración de toda la energía, vamos a usar como en mis tiempos hoy en día no se usa, usaremos la analogía de un tablero de ajedrez con cuadros ROJOS  y AZULES. Los cuadros azules en el tablero se miran muy desprendidos de los rojos. La física nos lo ha probado, por medio de la ley óptica, que los colores son bandas de ondas de diferentes frecuencias o grado de vibración de la luz. Los cuadros azules y rojos están fundamentalmente relacionados en la energía de la luz. El ojo separa estos colores del espectro y los hace aparecer como no teniendo relación el uno con el otro. Realmente, repetimos, están conectados en el espectro visible de la luz. Así también con los objetos en el espacio. Ellos no están en lugares diferentes sino en diferente relación con aquello que discernimos. En otras palabras estamos acondicionados a tener ciertas clases de experiencias sólo porque somos esa clase de ser. Es locura, por lo tanto, que tratemos de forzar o creer que el universo debe conformarse a nuestras limitaciones.

Solamente les pido que vivan en paz con ustedes mismos.

Peter Bustamante                        

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