“LA TRAYECTORIA DE UN NATURALISTA”
Aristóteles
era un sabio universal, sus obras abarcan todos los campos del saber. Pero si
tomamos como baremo el número de línea escritas por él y conservadas, resulta
que el foco principal de su interés hay que situarlo en el estudio de los seres
vivos y, en especial de los animales. Más de un tercio de todas las líneas
conservadas forman partes de sus libros de zoología. Aunque Aristóteles creció
en una familia de médicos, y el mismo subraya en repetidas ocasiones la proximidad
entre medicina y estudio de la naturaleza, la temprana muerte de su padre y su
marcha a Atenas probablemente mitigaron su inicial interés naturalista. En la Akademia
participaba en los ejercicios de clarificación dicotómica de animales, que más
tarde el mismo criticaría. Y leía cuanto caía en sus manos relativo a la
naturaleza, desde el Timaios platónico hasta las recetas de los veterinarios y
los relatos de los viajeros, pasando por las obras de los poetas, médicos e
historiadores. Frutos de esas lecturas fue esa recopilación de leyendas y
tradiciones legendarias acerca de animales, titulada Sobre los animales fabulosos,
que se ha perdido.
Mientras permaneció en Atenas y en la Akademia,
su contacto real con la naturaleza fue escaso. Encerrado en un mundo de libros
y discusiones, su atención y sus esfuerzos intelectuales eran absorbidos por
las técnicas lingüísticas (poética, retorica, dialéctica, lógica…), por la crítica
de la teoría platónica de las formas, y por la elaboración de su propia alternativa,
plasmada en una serie de distinciones y principios que hacían inteligible el
cambio y reconciliaban el rigor conceptual con la aceptación de la experiencia
sensible. Cuando, en –347, Aristóteles tuvo que abandonar Atenas y dirigirse a Assos,
en la costa anatolia, su vida experimentó un gran cambio. Lejos de la gran ciudad
lejos de los continuos debates de la Akademia, Aristóteles viviría una serie de
años tranquilos y felices en el campo, junto al mar, confrontado a la
naturaleza, En esa circunstancia su interés naturalista reprimido resurgió de
un modo explosivo no se cansaba de observar cuantos animales había en aquella zona,
y de reflexionar y tomar notas de sus observaciones, ayudado en ello por su
nuevo discípulo, Theófrastos.
Acompañaba también he interrogaba a
pescadores, y marineros, cazadores y ganaderos, apuntando cuanto oía y veía. A
partir de ese momento y durante los veinticinco años de vida que aún le
quedaban. Aristóteles escribió más de zoología que de todos los otros temas
juntos. Durante los cinco años que paso en Assos y Mitiline, Aristóteles
combinó la activa observación de campo con la redacción de obras biológicas. escribió
entonces su único tratado de botánica; Sobre las plantas, más tarde superado y reemplazado
por las obras botánicas de Theófratos, por lo que pronto dejó de ser copiado y
se perdió. Tampoco ha llegado hasta nosotros su libro de planchas anatómicas, (Anatomais),
colección de esquema de dibujos y de anatomía, a los que repetidamente se refiere
en sus otras obras. Lo que sí hemos conservado es el texto de Historia de los animales
también escrita en esta época.
La palabra historia (bistoría) significa en
griego antiguo cualquier colección de datos, observaciones o descripciones de
cosas y hechos concretos. En este sentido seguimos llamando actualmente historia
natural a los estudios descriptivos sobre la naturaleza. Historia de los
animales significa, pues, colección de observaciones y descripción de los
animales. Y en efecto, la obra constituye una inmensa recopilación de datos y
hechos sobre todos los animales, de que tenían los griegos antiguos. A
diferencia de las posteriores obras zoológicas de Aristóteles, en que abundan las
explicaciones y especulaciones teóricas, ésta es una obra meramente descriptiva,
un catálogo abigarrado y exhaustivo de conocimiento completo sobre los animales
sin pretensión explicativa alguna.
Espero
que algo bueno puedan sacar de este tema.
Peter
Bustamante