“LA
INQUIETUD DEL HOMBRE EN ESTOS TIEMPOS”
Constantemente
escuchamos comentarios estos días al efecto que una mayoría de las naciones y
gentes del mundo están en un estado mental y físico más intranquilos de la que
han estado en centurias; que el mundo está prácticamente en un estado mental
arrevesado y que esto significa infelicidad, miseria y el refrenamiento del
progreso.
Todas
estas declaraciones, particularmente la que la intranquilidad significa un
refrenamiento del progreso, indican un análisis pobre y erróneo de la situación.
La intranquilidad del hombre en todo sentido—física o mental, espiritual y otra—ha
sido y aún es el mayor factor contribuyente al progreso y desarrollo de la civilización.
Si el hombre no habría sido intranquilo e inquieto, molesto y desilusionado con
las condiciones cuando estaba en su estado primitivo, es muy probable que todavía
estuviéramos durmiendo en las ramas de árboles o viviendo en chozas de barro,
desperdigadas a lo largo de riveras de ríos. Es el hecho que el hombre no
estaba satisfecho con las condiciones, o pensaba que podía tener algo mejor o
estaba determinado que podía hacer algo mejor, lo que acarreó la construcción
de hogares, el desarrollo de comunidades, la manufactura de ropa, la creación de
todos los dispositivos patentados manufacturados hoy que han mejorados nuestras
vidas.
Y no hay ninguna seña saludable que indique
verdaderos progresos para el futuro que la intensa inquietud a través del mundo
de hoy. Es cierto que mientras estamos inquietos y buscamos encontrar o crear
algo mejor desequilibramos el ritmo pacífico y tranquilo de nuestras vidas,
perturbamos al negocio, y nos hacemos aparecer como una nación salvaje y
vagabunda—o mundo—de gente. Podemos hasta aparecer como hormigas evacuando un
hormiguero subterráneo inundado, llevando todo consigo mientras se extienden
por el césped o van en diferentes direcciones buscando nuevos lugares donde establecerse.
Presentemente, la intranquilidad a través del
mundo en asuntos espirituales, religiosos, políticos y financieros, es
perturbadora en muchos modos; pero al mismo tiempo es una perturbación constructiva
muy parecida a cuando uno decide cambiarse de su viejo hogar a uno nuevo.
Durante el proceso de cambio todo está empaquetado, no se tiene un lugar cómodo
donde dormir o comer y su hogar parece un campamento desorganizado. Pese a
todo, usted sabe que a despecho del hecho que su hogar tranquilo y confortable
está perturbado—con nada en su lugar correcto—no está muy lejos el día cuando
todo estará ajustado nuevamente de una manera mejor que nunca. Eso es cierto
del mundo hoy en día. Las naciones podrán estar peleando una con la otra
exigiendo esto, aquello y lo mas allá, mucho de lo cual no se concederá; pero
de la agitación pelea, e inquietud nacerán muchas cosas mejores y más
constructivas—algunas de las cuales pueden no manifestarse hasta cien años más.
Sabemos de antemano que el peligro es
inminente, en estos momentos pero también sabemos que existe un viejo adagio
que dice— (que el hombre aprenderá cuando este al borde del precipicio) yo
tengo por normas que siempre me preparo para lo peor, pero a pesar de todo
espero siempre lo mejor, y es porque el hombre en realidad tiende a olvidar los
eventos por muy malos que estos han sido. No hay nada más retrógrado, más
destructivo para el adelanto del hombre individual y colectivamente, que una
actitud de completo contentamiento. Podrá ser una cosa hermosa ver vacas “contentas
“en un verde pastizal, pero decididamente no lo es ver una nación ciudad, o
grupo de gente que estén perfectamente contentos. Ver gente que piensan que
todo lo que han adquirido y todo lo que saben es perfectamente y no necesitan mejoría,
y en realidad es gente que está por desaparecer a través
del auto aniquilación. Son solamente los ignorantes, fanáticos, prejuiciados e hipócrita
quienes dicen que tienen suficiente conocimiento, y no quieren vivir mejor de
lo que están viviendo y que tienen todo lo que la vida tiene para ofrecer.
Desafortunadamente
tales personas más pronto de lo que piensan retrogradan al nivel más más
terrible y bajo que registra la humanidad. Si usted está mental y físicamente inquieto,
y siente que nada es suficientemente satisfactorio en su vida; si usted quiere
conocer más, ver más, aprender y experimentar más, y mejorar las condiciones a
su alrededor, usted está en el camino a cosas más elevadas y mejores porque su
naturaleza se está expresando de una manera natural. Cuídese de la actitud que
nada nuevo vale la pena y que usted está dispuesto a sentarse satisfecho con lo
que tiene. Usted está seguro de retroceder mental, espiritual, y físicamente con
esa actitud y eventualmente se volverá más infeliz que el ser más inquieto sobre
la Tierra.
Vivan
en paz con sus seres queridos que nada es perenne en la vida
Peter
Bustamante