“CAUSALIDAD”
POR el
momento, vamos a suponer que una
causa es aquella razón por la cual ocurre alguna otra cosa. Mientras miramos
alrededor de nosotros, mientras usted observa el cuarto en el cual está sentado,
¿puede ver alguna cosa, algún objeto que en sí mismo, o por sí mismo, sea una
causa? En otras palabras, busque algo que no tenga otra cualidad determinante, excepto
aquello que usted diga que es causa. Pregúntese también: ¿Tiene la causa una clasificación
física, distinta, por medio de la cual siempre puede ser reconocida, justamente
como reconoceríamos una planta o un mineral o una clase de líquido? Podemos
identificar una silla o una mesa, o una lámpara eléctrica, por su forma, pero,
¿causa que haya alguna identidad separada que podamos señalar y decir que esa
es la causa y no otra? Pienso que usted estará de acuerdo conmigo en que las
causas no tienen tal identidad separada.
La experiencia
nos ha demostrado, si queremos reflexionar un momento sobre esto, que una causa
está siempre asociada con alguna otra cosa o condición. En otras ocasiones aquella misma cosa o condición que hemos
llamado causativa puede parecer
como sin causa, demostrando que la cosa en sí misma no es la causa. Les
voy a dibujar ahora un cuadro verbal
para que ustedes comprendan mejor este punto. Imagínese una pequeña báscula del
tipo usado para pesar cartas y determinar el costo postal. Delante de usted ve
la báscula en equilibrio. Primero el ástil baja ligeramente a un lado, y luego
al otro; en un brazo de la báscula hay un pequeño platillo o plataforma sobre
el cual se colocan los sobres para ser pesados. Tomemos un sobre, en el cual ya
hemos colocado una carta, y lo ponemos sobre el platillo de un lado.
Inmediatamente vemos que el sobre causa una ligera inclinación del ástil, hacia
el lado en que está colocado. Levantemos el sobre, y de nuevo volverá el
equilibrio. Luego coloquemos el sobre
otra vez en el platillo y el ástil bajará en esa dirección.
Vamos a ser
muy analíticos y por ello una vez más quitamos el sobre. Al examinarlo,
encontramos que en el no hay nada singular. Ciertamente cuando observamos el
sobre, separado de la báscula, no podemos decir que la causa sea una cualidad
inherente del sobre. En otras palabras, no existe una cosa conocida como causa envuelta
en el sobre; tampoco hay en él una causa adherida. Además, cuando el sobre está
lejos de la báscula –no sobre ella—no es por más tiempo una causa. Por lo
tanto, podemos inferir que una causa no puede ser percibida en los objetos como
si fuera parte de ellos; más bien, una, causa es una relación que empieza a
existir entre los objetos, según sea
nuestro grado de percepción en cuanto a esa relación se refiere.
Como ha
dicho el filósofo Humé, esta relación de causación aparece como una constante asociación
entre objetos, un objeto que llamamos la causa, y un objeto que llamamos el
efecto. Donde uno aparece, el otro debe aparecer. Podemos decirlo en esta forma:
En vista de que la naturaleza siempre parece contribuir a otro, llamamos causa
al primero. Estamos acostumbrados a hablar de causa y efecto como si esta relación
fuera una dualidad. Se piensa que la causa es un aspecto de esta dualidad,
siendo el otro el efecto; de los dos, además pensamos que la causa es el
aspecto activo de la relación. Sin
embargo, ninguna cosa sola o alguna condición sola puede ser la causa total de algún
efecto. Esto aparentemente contradice lo que hemos dicho hasta aquí, pero
realmente no es así. En y por sí solo, cada objeto que experimentamos—una silla
o la lámpara en su cuarto—parece estar en reposo, inclusive hasta un objeto que
pudiera moverse a través de la habitación. Si continua presentándose en la
misma apariencia está en reposo para nuestra mente en cuanto concierne a su
forma.
Quiero que sepan
que hemos afirmado que existe un espectro continuo de energía, octavas de
vibraciones, absorbiéndose las unas a las otras. En la naturaleza no existen fenómenos
separados. No existen cosas absolutamente independientes de todo lo demás. Cada
manifestación, cada cosa que podemos percibir cae dentro de una de las octavas,
de las divisiones de una vasta escala de energía. Estas energías cósmicas universal,
pasa por una serie de cambios en su naturaleza vibratoria, son lo que experimentamos
como las varias realidades, es decir, las peculiaridades de nuestro mundo
diario.
Espero que algo bueno les indique este tema, como también
comprendo que muchos ni lo tocarán, eso no me molesta porque sé que otros
sacarán mucho provecho de ello.
Peter Bustamante