‘LAS PREDICCIONES CATASTRÓFICAS’
Queridos lectores.
La adivinación, la
predicción o la profecía, ha ocupado las mentes de los hombres desde el
comienzo de la historia registrada. Hay significados duales de la palabra “profecía”.
Es una concepción equivocada creer que
un profeta primariamente predice el futuro. En el antiguo griego la palabra profeta significa intérprete. El profeta era
un portavoz de un “dios o una deidad”. Se concebía que una revelación divina no
pudiera ser interpretada exactamente o
del todo por un mortal ordinario. Aquellos que eran así dotados o eran designados por su estatus especial eran los profetas, los intérpretes
de la comunicación divina. Tal interpretación puede haber sido una orden, un
mandato de dios a la gente, y no tener ninguna relación con un evento futuro.
Para los hebreos, Moisés fue el profeta más grande. En los días de los jueces
(Siglo-XII A.C.), Deborah y Samuel fueron preeminentes. En el tiempo de los
primeros reyes, Nathan, Abijah, Semaiah, Elijah y Elisha, fueron las
“principales figuras proféticas”.
El segundo tipo de profecía, el más común en
el mundo hoy día y en realidad, en los siglos pasados, ha sido la pronosticación
del futuro. La consciencia humana percibe el presente inmediato y, por medio de
la memoria recuerda el pasado personal. El futuro, para la consciencia, sin
embargo, no es más que una existencia potencial velada. La mente tiene la
inclinación primitiva de considerar el futuro como una realidad absoluta,
es decir preestablecida, pero aun no revelada. Este desconocido ha
preocupado la mente primitiva por sus incertidumbres. Por consiguiente, el
instinto de conservación obliga al humano a tomar medidas de precaución en
contra de posibles amenazas. Les haré un repaso de algunas de las predicciones
tradicionales y llamadas sagradas, que han descendido de varias fuentes,
incluyendo la Biblia, son principalmente generalidades simbólicas. En
otras palabras, ellas podrían ser interpretadas en varias formas y la mayoría
del tiempo así lo fue. Los eventos que ocurren ahora pueden con algún esfuerzo
de parte de la imaginación, hacerse parecer un cumplimiento de tales profecías.
Esto, de igual forma se aplica a las profecías más recientes que también pueden
ser interpretadas como la predicción de sucesos del momento. Periódicamente,
tal práctica resulta en una ola de predicciones catastrófica como por
ejemplo la de los del calendario Maya, como por ejemplo, la predicción de
una gran calamidad que va a acontecerle
a la humanidad o a algún segmento de la Tierra. Obviamente, tales predicciones
se vuelven muy penosas. Yo recuerdo “el místico más grande que América haya
alguna vez conocido”, pronostica la destrucción de los Ángeles, San Francisco,
Nueva York, parte de Carolina del Sur y del Norte y la emergencia del
“continente perdido de Atlántida”. El periodo para que esta catástrofe
acontezca en la costa occidental de los Estados Unidos, está en el 1968-1998.
Lo que digo es que el profeta primero es de notarse que el profeta se permitió
un lindo pedazo de probabilidad, es decir, ¡un periodo de 30 años!
Estos profetas de calamidades son realmente
una amenaza y a veces. Como se ha relatado fraudes internacionales. En cuanto
concierne a la probabilidad de las
profecías, sería tan probable como predecir
que un vasto meteorito puede chocar con la Tierra en algún tiempo futuro
y destruir una vasta área. Ha sucedido anteriormente. Pero, deberíamos todos
nosotros retirarnos debido a la pro valida de que seamos victimas de engaños.
Sean cautelosos con los profetas, pues algunos de ellos existen para sólo para
aprovecharse.
En Realidad yo al menos
sé que aquí nadie sabe nada, pero lo que más me hace pensar es una guerra
nuclear a gran escala, y no tiene sentido ¿a quiénes van a gobernar? A menos
que sean como el ave Fénix que surjan de las cenizas todos.
Traten de vivir en paz es
lo más importante en esta vida.
Peter Bustamante