Saturday, April 20, 2013

“EL PROBLEMA DEL CAMBIO SEGÚN ARISTOLELES”





“EL PROBLEMA DEL CAMBIO SEGÚN ARISTOLELES”

La diferencia de la teología y la matemática, la ciencia de la naturaleza trata del cambio, o, mejor dicho, de las cosas que cambian, de acuerdo a su filosofía; “no hay cambio fuera de las cosas. Pero, ¿hay realmente cosas que cambian? Para nosotros y para Aristóteles es evidente que las hay. Basta con abrir los ojos y mirar: cuanto vemos está sometido al cambio, empezando por nosotros mismos, que nacemos, crecemos, viajamos, aprendemos, enfermamos, sanamos, envejecemos, y morimos. También la luna cambia, y el Sol (aunque no sea más que de posición en el firmamento), y los pájaros y las plantas y los barcos…Todo esto es tan trivial y evidente, que no vale la pena en mis formas de ver ni siquiera mencionarlos. Sin embargo, la situación intelectual en la Grecia Clásica, más que situación era un dilema y una gran tragedia, y digo esto no por haber vivido esa época sino más bien por tener que estudiar las literaturas en mis tiempos de estudiantes. Primero no era compactible nuestro intelecto por completo en esa época. Allí se había negado toda la posibilidad de nuestro intelecto, dé cambio con poderosos argumentos, y afirmar la realidad del cambio no implicaba solamente señalar una obviedad, sino también ensalzarse en grandes polémicas. Como un ejemplo; Parménides había pretendido demostrar de modo definitivo que el cambio es imposible. Y si a través de nuestro sentido vemos que las cosas cambian vemos que  cambian, tanto peor para nuestros sentidos. (Descalificados como engañosos) y tanto peor para las cosas cambiantes, descalificadas como meras ilusiones.

  A la verdad sólo se llega a todo por el razonamiento, y éste concluye que no existe cambio ninguno en el mundo. Ejemplo: El temible dialéctico (Zenon) se había encargado de abrumar a cuantos le escuchaban  con argumentos que reducían al absurdo la hipótesis de que algo pueda cambiar y moverse. La realidad sería, pues inmutable. Aristóteles, pensador de gran sentido común, no podía aceptar esas conclusiones. Pero no le bastaba con rechazarla, tenía además que demostrar los razonamientos en que se basaba. Y es lo que él hizo, valiéndose para ello de un análisis de ciertas estructuras lingüística de la lengua griega, que están implícitas en nuestro discurso sobre el cambio, y la que por dignidad no somos explícitamente conscientes, porque sabemos conscientemente, que pueden ser usadas fácilmente para actual como trampas, en las que caemos sin darnos cuentas. Es lo que había ocurrido a (Parménides y Zenon).

  Aristóteles se propuso explicitar esas estructuras implícitamente presentes en el lenguaje y señalar y subrayar una serie de distinciones o puntos de vistas (a lo que él llamó principios—Arkbai--) que deben ser tenidos siempre en cuenta al hablar sobre el cambio, para así evitar las trampas que el propio lenguaje nos tiende y que en otros pensadores afloran en formas de conclusiones absurdas, contrarias al sentido común y a la percepción sensible.

  Conclusiones de nuestra filosofía, apartándonos de esta hecatombe filosófica que hemos podido estudiar de la antigua Grecia. Vamos a dar un breve relato de ciertos pasajes filosóficos; Ejemplo: En todo cambio hay algo que cambia y algo que permanece. Lo que permanece en el cambio, lo que sufre el cambio, es el sustrato. Si yo me traslado de un sitio a otro, lo que cambia es el sitio en que estoy, pero yo permanezco; yo soy el sustrato de ese cambio. Cuando el árbol florece en primavera, lo que permanece es el árbol; él árbol es el sustrato de ese cambio.

Bueno es posible que me dé a entender con mucho gusto les daría más información al respecto, es agradable aprender con mucho gusto lo hago, lo único que pasa es que estoy ajeno a lo que ustedes les agrada.
Les prometo que les enseñaré lo que es el cambio. Les deseo un buen fin de semana y traten de vivir en paz con ustedes mismo.

Peter Bustamante   

No comments:

Post a Comment

‘EL FACTOR SEXUAL EN EL MATRIMONIO’

‘EL FACTOR SEXUAL  EN  EL MATRIMONIO’ Es innegable la gran influencia estabilizadora y además generadora de felicidad que c...