Saturday, January 4, 2014

‘CONCEPTO DE DIOS’





‘CONCEPTO  DE  DIOS’

UNA doctrina básica en teología es la igualdad de la divinidad en todos los hombres. Si todos los hombres pudieran apreciar y darse cuenta de esta esencia en la misma forma, y juntos definir racionalmente su naturaleza y función, habría una unificación de todas la religiones. Desgraciadamente no ocurre así. En consecuencia, tenemos muchas religiones y cada una tiene su Dios. Cada una tiene su profeta, que declara estar inspirado divinamente y que lega a sus seguidores un ideal de Dios obtenido por comunión directa. Y chocan los ideales. Los creyentes de las diversas sectas se oponen a los demás y critican los ideales ajenos.

  ¿Es Dios un factor imperfecto? ¿Avanza Dios hacia un logro inevitable y alcanzará una excelencia final? Tal hipótesis no podría ser aprobada por la teología moderna, ni sería consistente siquiera como concepto religioso de un pueblo bárbaro. Empequeñecería el conocimiento de la Divina supremacía y omnipotencia. Sin embargo, una revisión de la historia de la religión y un examen de las doctrinas de las sectas contemporáneas, revelan una asombrosa similitud con tal hipótesis, debido en parte a la discrepancia en sus definiciones sobre la naturaleza de Dios.

  Encontramos que el esplendor que la teología atribuye a Dios, sobrepasa en muchos aspectos al de las épocas pasadas. Además hallamos que sus realizaciones de hoy son numerosas en comparación con aquellas que se le adjudicaban en siglos ya pasados. Hubo un tiempo en que poseían una multiplicidad de formas, pero ahora el hombre ha hecho de Él una entidad única, he incluso una inteligencia impersonal que se difunden por todas partes. Los credos modernos y las sectas, sin embargo, declaran fervientemente que el Dios de ayer, de hoy y de mañana es el mismo. Declaran que Él es el único factor inmutable en un universo de cambios. Si Él es inmutable, perfecto y de excelencia suprema, ¿cómo pueden los creyentes conciliar esto con la diferencia evidente de naturaleza que le adjudican todos los que les conocen? Evidentemente todas las concepciones ideológicas no pueden ser aceptadas: algunas, a la fuerza, deben ser erróneas.

  Señores, si un grupo de mentes humanas no puede interpretar el Divino impulso de su propia naturaleza correctamente, entonces es posible que todos los hombres puedan igualmente errar. En defensa de los creyentes se puede decir que algunos de ellos perciban más lo divino en su naturaleza que los otros y en su  comprensión participa más estrechamente con la Divina Realidad. Pero, yo me pregunto, ¿quiénes son ellos? ¿Qué criterio hay para confirmar la precisión con que el hombre percibe a Dios? La sinceridad de propósito no basta para juzgar la exactitud de nuestro concepto de Dios. En mis años de estudios he visto personas que aparentemente en su sincera ambición de persuadir a sus compañeros de que sólo él, o su secta, han logrado percibir a Dios  y que representa el intermediario de su palabra, el hombre acude a la más extraña y fanáticas prácticas que de por sí merman la sublimidad de Dios, esa sublimidad que uno siente más que conoce. ¿Qué es más valioso para el hombre, el ideal de Dios al que debe luchar por acercarse, o la expresión de este ideal en forma compuesta de palabra? Con alta frecuencia el ideal espiritual del hombre, como el código moral que amablemente acepta, es un patrimonio heredado de sus antepasados. El Dios de su padre y el Dios del padre de su padre se tornan en el vendito guardián de todas las virtudes de una vida más alta. Él también acepta por igual, mucho de la intolerancia y fanatismo contenido en la fe paternal, y se siente molesto cuando ponen en duda cualquier postulado de su fe o de la interpretación que de Dios él ha aceptado. Y esto no es porque haya llegado a conocer a ese Dios, o porque a través de tan inefable contacto haya experimentado aquello que previamente sólo creía, sino sencillamente porque hiere a su orgullo, su “ego” humano el hecho de que su juicio o el de sus correligionarios sea puesto en tela de juicio. Espero que comprendan este tema, he pensado si es que leen la más importante de todas las bases profesionales que mis archivos guardan por años un tema escrito en el año 1926, Yo lo he releído por muchos años, y no lo traigo a colación porque quizás sea interpretado de formas inequívocas, pero les aseguro que es el tema más fascinante que registre la historia, las más grandes equivocaciones que el hombre desconoce.

En vos confió.


Peter Bustamante

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