Tuesday, March 12, 2013

“JESÚS ENTRA AL SACERDOCIO”



“JESÚS ENTRA AL SACERDOCIO”

Como anteriormente les dije, que no soy historiador ni filosofo solamente les explico ciertos detalles que tal vez algún historiador pudiera refutarlos, yo simplemente soy un capitulo atrasado de la historia. El único dato concreto que sobre la infancia de Jesús hallamos en las historias populares de su vida y especialmente en las de origen eclesiástico es el de la maravillosa expresión que causó cuando contaba doce años entre los doctores y escribas de Israel, en ocasión de su visita a Jerusalén. Aun los más eminentes exégetas y casi todas las historias de la vida de Jesús, han desfigurado los hechos acaecidos durante esta visita, por desconocimiento de lo que realmente sucedió.

  Ya dije que Jesús y sus padres eran gentiles y habitaban en Galilea, comarca gentil de Palestina, pero que estaba obligado a obedecer las leyes y seguir las costumbre de los judíos. Una de estas leyes prescribía que todo niño al cumplir los doce años de edad había de ir a las fiestas pascuales de Jerusalén. Tenía que presentarse oficialmente bajo ciertas condiciones y en determinados lugares para efectuar una ceremonia que le conferiría el título de “Hijo del Mandamiento” o “de la Torah”. El tiempo acostumbrado para la visita era la primera festividad de Pascua después de haber cumplido el niño los doce años de edad. Así fue que según el relato evangélico, los padres de Jesús se lo llevaron a Jerusalén junto con sus otros hijos y en compañía con otras familias nazarenas. El texto de la versión cristiana dice que “acostumbraban ir al templo”; pero esto es evidentemente un error por parte de los autores o de los traductores, porque los padres de Jesús, como gentiles, no tenían por costumbre asistir a todas las fiestas y ceremonias de la iglesia judía, pues la ley sólo obligaba en este particular a los rigurosamente (ortodoxos y judíos de corazón).

  Comoquiera que Jesús era el hijo primogénito, era el único de los hijos de María y José que había cumplido los doce años cuando aquella visita era obligatoria y, por lo tanto, fue su primera obediencia a dicha ley del país. Algunos exégetas bíblicos dicen que la frase (acostumbraban ir) deben entenderse como si en el texto griego el verbo estuviese en tiempo presente y no en pretérito indefinido o imperfecto. De aquí cabe imaginar cuán gozosos estaban María y José de que se les deparase la ocasión de visitar el templo de Jerusalén y de llevar allí su prodigioso Niño para que lo examinaran oficialmente los doctores de la ley. Las fiestas de Pascua se celebraban en primavera. Desempeñaba Caponio el cargo de Procurador, y Anás era el sumo sacerdote del templo. Vino de Galilea la Sagrada Familia en compañía de un numeroso grupo de otros gentiles, nazarenos nazaritas, esenios y algunos judíos, cantando por el camino y regocijados de aquella ocasión. Durante la marcha se les unieron otros grupos que también subían a Jerusalén, entonando los salmos de la subida con acompañamiento de flauta, y discutiendo acerca de los principios espirituales contenidos en las ceremonias Pascual.

  Era un largo viaje en aquellos tiempos, de Nazaret a Jerusalén, debieron tardar a pies todo un día de sol. Sé que habían de atravesar una hermosa comarca de Palestina con valles y colinas hermosamente verde y esmaltados de flores, y aún es posible ver la vereda que, cuesta arriba de las colinas y cuesta abajo hacia los valles, sigue en línea casi recta de Nazaret a Jerusalén, esa parte era por donde iban y venían los peregrinos. Los naturales del país recorren hoy en día la misma vereda a pies o montados en asnos y aunque ustedes no lo crean vestidos como en tiempo de Cristo, de modo que parecen figuras de dos mil años atrás. Cuando los fatigados peregrinos llegaban a las puertas de Jerusalén el problema de alojamiento es terrible, porque durante tres días de Pascua se congregan en Jerusalén y sus alrededores casi toda la población de Palestina. Es posible que les cuente las profundidades de esta historia verdaderas. Pero si les digo que la escena debió de ser magnífica para el Joven Jesús. Sin embargo la escuela de Carmelo estaba a corta distancia de Nazaret. Tampoco he dicho acerca del templo y santuario de Jerusalén, quizás no les interesen al lector unas cuantas palabras sobre tan famoso lugar.
Solamente les digo, que la nobleza enaltece y purifica el espíritus, el alma no necesita eso el alma es pura, se corrompe el espíritus, pero jamás el alma.
Solo me queda que decirles que traten de vivir en paz y armonía con ustedes mismo.

Peter Bustamante    

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