Wednesday, June 27, 2012





"El Peligro de un Posible Daño"

Puede decirse psicológicamente que el entretenimiento sea un estímulo de los sentidos que produce una sensación placentera. En general, uno no piensa del entretenimiento como aquello que es auto inducido, tal como la participación en los deportes o el mantener un pasatiempo. Más bien, el entretenimiento es comúnmente interpretado como el retener una condición pasiva y permitir que se actúe externamente sobre el ser de uno para el propósito de inducir la experiencia placentera. Ejemplos de estos es mirar un programa de televisión, ir a un concierto o ver un evento deportivo.Y los sistemas de computadoras en el que dedican horas.

   El grado de placer o de satisfacción que el entretenimiento induce varía con las respuestas emocionales del individuo. Para algunas personas que tienen un temperamento estético, el ver una galería de exhibiciones de bellas artes puede ser totalmente gratificador. Con otras personas, las emociones e instintos básicos deben ser estimulados más vigorosamente para que el individuo pueda experimentar gozo. Tan incongruente como pueda parecer, el temor, engendrado indirectamente como al ver las así llamadas películas de horror, puede producir un estremecimiento, una intensa satisfacción emocional para ciertos espectadores.

   El peligro de un posible daño o aún  la muerte como los elementos de actos o aventuras peligrosas, provee grandes gratificaciones para los niños en especial. Existen niños de la edad de 12 años en adelante que arriesgarían la vida una y otra vez sólo para tener la realización que surge de la conquista personal de un desastre grave y en potencia. Yo, Peter Bustamante, comprendo que el ser humano debe ser emocionalmente activado, porque sé que sin un estímulo emocional, nuestras vidas serían un valle de monotonía, en el cual no habría incentivo para vivir.
   En un estado primitivo, el hombre está constantemente enfrentado con un desafío a su supervivencia. Los elementos le son más hostiles a él que a hombres de una cultura más elevada debido a la ignorancia del primero acerca de los fenómenos naturales. Por ejemplo, muy pocas personas civilizadas son aterrorizadas por una severa tormenta de rayos y truenos, pero lo son la mayoría de la gente primitiva. Además, la gente de una cultura primitiva está comúnmente sujeta a ser atacadas por feroces animales salvajes y por otros humanos.

   Estas confrontaciones engendran frecuentemente los instintos básicos y emociones primitivas, Estos sentimientos emocionales están en un constante cambio entre un estado negativo, es decir, la angustia producida por las circunstancias y, por otra parte, el estado positivo. El positivo es la gratificación que el ego tiene cuando aparece conquistar la causa de la angustia emocional. La cultura avanzada, estos instintos y emociones primitivas no son tan dominantes en el hombre de una cultura avanzada, es decir, si es que él ha tomado ventaja de las oportunidades de esa cultura.

   Ordinariamente, el ambiente de la vida moderna no hace salir estas emociones primitivas; al menos no sucede frecuentemente. Por consiguiente, no existe entonces el juego variado de estas emociones y aquella satisfacción que pueda resultar de ellas. Resulta un estado de aburrimiento relativo, lo que irrita al individuo. El individuo bajo estas circunstancias busca placer para mitigar la inquietud de las emociones semi suprimidas. La felicidad es meramente un término que denota placer de alguna clase. La felicidad puede ser cualquiera de la gama de sentimientos gratos emocionales y sensuales. La persona intelectual, la estética o la espiritual, es decir, aquella con un impulso moral fuerte, como el religioso y el místico, encuentra felicidad en una forma menos primitiva. Por analogía, el amante de las grandes composiciones musicales, y óperas tiene una reacción emocional placentera de su experiencia, el equivalente de aquella experimentada por cualquiera que goza en una corrida de toros o en una pelea de gallos.

   Así ustedes sabrán la diferencia del niño de hoy, que está continuamente expuesto a la televisión, juegos propagandas continuamente expuesto al entretenimiento, más los padres que jamás ven los programas que ellos ven violentos, no esperen jamás nada bueno, solamente la representación del crimen en toda su violencia está comúnmente mostrada en detalles sórdidos. Se vuelven emparedados por sus más bajas emociones e instinto. Como una consecuencia, encontrará que es cada vez más difícil ajustarse a los placeres cuyos impactos sobre sus emociones son muchos menos intensos.

Editorial Del día

Solamente les pido que piensen bien sobre sus hijos.
Peter Bustamante

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