“UNA OPINIÓN AMPLIA DEL CUERPO HUMANO”
¡Comencemos
con nuestro cuerpo! A primera vista, aparece como un bulto de materia sólida, bien definida en peso, tamaño y
figura. Realmente, sabemos que la substancia de nuestro cuerpo está
constantemente cambiando por medio de la nutrición, la respiración y la
eliminación.
A la luz de la ciencia moderna, este cuerpo
compacto nuestro consiste en alrededor de cien mil millones de células
vivientes individuales. Cada célula, a su vez, consiste en billones de moléculas
que podemos además subdividir en átomos constituidos por protones, neutrones,
electrones, etc. Cuando preguntamos en qué consisten las partículas elementales
tales como los electrones, no encontramos más que energía condensada y
polarizada. Cuando dos partículas de polaridad opuesta chocan, su naturaleza
corpuscular desaparece en un destello de quantum de “ondas” de energía
vibratoria. Debido a que las partículas son meramente normas de energía, así también
lo son las moléculas, las células y todo nuestro cuerpo como un todo. En
realidad, el universo total es una norma de energía. Inferimos que desde el
punto de vista material no existe una división y separación drástica entre las más
pequeñas partículas y el Universo como un todo.
Ahora, ¿dónde entra la Mente? Sabemos con el
peso total de nuestra experiencia interna que si tenemos mente y consciencia.
En las palabras del Filósofo
Descartes: Cogita, ergo sum—Pienso, luego existo. ¿Cómo definimos y delimitamos
esta cualidad de pensamiento o de consciencia? Físicamente, no podemos localizarla,
aun si los conceptos primitivos la identifican con el cerebro. Los ejercicios
místicos confirman que está difundida a través de nuestro cuerpo y puede ser
enfocada en cualquier parte de este. Sabemos que los animales son conscientes,
y podemos inferir que, al menos, rudimentos de consciencia se extienden hasta
los organismos unicelulares y tal vez aún más allá, a los cristales, a las partículas
elementales y a las normas de energía. Si es así, debemos atribuir alguna
consciencia a las células individuales de nuestro cuerpo y nuestro nivel mas
elevado de consciencia como seres
humanos es el punto focal de la consciencia de las células compuestas; un patrón
mas bien que una entidad compacta.
Debemos tener cuidado, sin embargo, de interpretar las normas mentales
en un sentido especial. Aun en nuestro propio cuerpo no podemos localizar el
asiento de la mente. De acuerdo con la filosofía profunda de Kant, el
tiempo y el espacio son formas pensadas del intelecto humano y no se aplican a
la mente misma. Si no podemos establecer un límite al dominio de la mente en el
lado bajo de la escala, lo mismo aplica en el lado superior mayor. Podemos así,
imaginarnos dos “patrones” difundidos a través del Universo: energía física y poder de la
mente. Yo considero que ambos como aspecto polares son diferentes de una fuente
penetrante. En cuanto a la mente llegamos a los impulsos emocionales. De nuevo,
la introspección nos dice sin lugar a dudas que tenemos deseos, amores, odios y
temores. Desde el punto de vista material, todos pueden considerarse como expresiones
de la voluntad para sobrevivir--el impulso básico de la evolución.
Sin tomar en cuenta tales interpretaciones que no explican nada,
nosotros mismos estamos seguros de estos impulsos y los observamos en los
animales que nos rodean. Hasta vemos una conducta premeditada en las plantas y
los organismos unicelulares. Debemos suponer impulsos similares en nuestras células
corporales; ellas son llevadas a nuestra atención a la fuerza por medio de un
dolor de muelas o por células por la piel magullada. Yo, ¿me pregunto? si
nosotros aquí de nuevo, no vemos ningún limite más bajo para nuestro impulso emocionales
y expresiones de voluntad, pienso que no deberíamos extrapolar a limites
extremos y atribuir la voluntad al Universo.
Se ha dicho muy adecuadamente, que el Universo, aun cuando lo
simbolizamos como un Dios omnipotente, omnipresente y sempiterno, no tiene ENEMIGO
QUE SUPERAR- Y NINGUNA MUERTE QUE TEMER. Por lo tanto, no
necesita ningún plan ni un gran “DISEÑO”.Y aun así ¿podemos creer que es
más pobre en satisfacciones emocionales que nosotros—sus parte físicamente tan
insignificantes? Como seres humanos somos capaces de asistencia y amor
desinteresado hacia otros seres. Podemos también amar, podemos leer este
escrito o editorial, y ni siquiera comprender que quiero decir con esto, es lógico
no hay peor ciego que no quiera ver ni peor comprendedor, que el que no quiera
comprender, pero sé que un día volverán, y ese día no pregunten por qué vino
sin vista.
Solo espero que aprendan a vivir
en paz con ustedes mismo.
Peter Bustamante
No comments:
Post a Comment