“FALACIA EN EL RAZONAMIENTO”
Muchas personas cometen una gran injusticia sin darse cuenta de la falta. Es común presumir una causa por una adversidad cuando la causa actual es
desconocida. Al hacerlo atribuyen a alguna condición o persona, circunstancias que
no existen realmente. Por ejemplo, una persona puede enfermarse inesperadamente
y poco después ser despedida de su empleo. Esto para mi son dos serios impactos sobre el bienestar
físico, emocional y económico en estos tiempos de crisis que estamos viviendo
para el individuo que, obviamente, crean un profundo malestar. Entonces compara
su circunstancia presente con un periodo más favorable. Puede mirar seis meces
atrás y recordar que entonces parecía disfrutar de buena salud, seguridad
económica y un justo grado de felicidad. Ahora bien, ¿qué precipitó los eventos
presentes? No puede recordar alguna cosa o condición que contribuyese
directamente a su presente desgracia ¿por qué debe estar cesante? Por supuesto,
su patrón le dio la razón del negocio en estado precario. Pero ¿por qué?,
continúa preguntándose, hubo de sucederme en este momento.
En su reflexión,
el individuo busca una causa directa y global que le indique el viraje en su
vida de la calma a la desgracia presente. Revisa los hechos de los últimos
meses y haya que gran parte de estos son asuntos de rutina, cosas que ha hecho
con alguna regularidad la mayor parte de su vida; nada doloroso se ha
relacionado con ellos. Por lo tanto, concluye que no son factores para su
estado presente. De pronto recuerda: hace como seis meses comenzó a leer un
libro sobre ocultismo por insistencia de un amigo. Nunca antes había estudiado
tal materia. Los pensamientos en él contenido eran absolutamente nuevos y,
además le fascinaban. Los disfrutó inmensamente y marcaron una nueva
experiencia en su viva, una nota definida en su rutina mental. Mientras más
pensaba ahora acerca de esta actividad, más le parecía un punto de cambio definido
en su vida. Si fueron treinta días después de leer ese libro cuando experimentó
los primeros síntomas de su desorden físico. Antes de eso estaba bien, no podía
recordar problemas de salud. Fueron cinco meses después del estudio de ese
libro que su patrón le llamó a su oficina y le informó que las condiciones del
negocio exigían su dimisión.
Dos cosas se
mantienen en la mente del individuo, tan fuertemente, que es muy fácil que
estas sean vinculadas, y son: primero, la lectura del libro ocultista; segundo,
la enfermedad y la dimisión del empleo. La primera, entonces, se concibe como la
causa, la última se cree que sea el efecto o resultado. En la mayoría de los
casos las gentes que piensan de este modo no tratan de analizar el nexo
imaginado, o sea, el vínculo entre los dos factores. ¿Cómo, por ejemplo,
pudiera la lectura de un libro ser una causa en aquello que ocasionaba su
condición diabética? Además, ¿pudo el libro haber deprimido el negocio del
patrón hasta el grado de que el empleado fuera dejado cesante? El individuo
está principalmente alerta del cambio en su vida y en su pensamiento; cosas que
ocurrieron como resultado del estudio del libro. Desde el momento que algo
había cambiado en su existencia consciente, o sea, la creación de un interés en
su nuevo asunto, todos los otros cambios, de igual forma, se asociaron
arbitrariamente con la misma causa. En otras palabras, todos los cambios en su
vida son correspondientemente relacionados con una causa en su mente, a saber:
el interés que el libro le despertó. “ESTO ES RAZONAMIENTO PRIMITIVO”. Es la clase de razonamiento que
antropólogos, etnólogos y psicólogos esperan encontrar en una sociedad salvaje
o primitiva y no el que espera corrientemente que se produzca entre los hombres
y mujeres de la sociedad avanzada de estos tiempos que vivimos con sus más
altas tecnología.
Sin embargo,
nadie experimenta el placer de leer, quizás por temor a lo desconocido o tal
vez por algún ser amado que murió y tener más tarde adversidades similares,
tener algún accidente perder dinero o propiedad. Sin darse cuenta que hay que
estar capacitado para discernir las causas verdaderas y directamente
relacionadas con tales sucesos, que mirándolo desde el punto de vista lea o no
lea, si el universo lo tiene premeditado ocurrirá bien sea leyendo o sin leer.
Existe también otra razón psicológica para esta transferencia de causa de un
acontecimiento hacia otro subsecuente y sin relación entre sí. El individuo
subconscientemente, puede tener un sentido de culpa respecto a un acto en el
cual participó. El acto hace a la vez un fuerte impacto emocional sobre él. Se
asienta en su mente subconsciente donde entra en conflicto con sus valores
éticos y morales. Si alguna desgracia le acontece al individuo, lo asocia
enseguida emocionalmente con el acto anterior en relación con el cual existe un
sentido de culpa. El sentido de culpabilidad y la ansiedad despertada obscurece
el pensamiento que ordinariamente podía revelar la causa real de su infortunio.
Vamos a dar una
analogía del principio antes mencionado. Una persona necesita dinero y pide un
préstamo a un familiar. Este rehúsa prestárselo aduciendo que no lo tiene
disponible. Después de negarse, conociendo que posee el dinero y pudo haberlo
prestado, su consciencia le perturba pese a todas sus auto justificaciones. No
hay modo, cree él, por qué pueda compensar su falta, excepto admitir que ha
mentido, y esto no quiere hacerlo. Poco después se encuentra con una serie de
contratiempos. Coincidiendo, su solicitud para una promoción en el empleo por
tanto tiempo anhelado es desatendida. También se ve obligado a transferir la
propiedad inmueble por un precio mucho más bajo que su costo. Para él, esta son
retribuciones o castigos. ¿Por qué se le castiga? Por supuesto, piensa, por una
falsedad al negar ayuda a un pariente en
apuros. La verdadera causa pudiera ser por no estar preparado para la posición que
solicitó, aun cuando esta datara de algún tiempo. En el otro caso, es muy
posible que la propiedad a bajo precio no valiera más de lo que recibió. No obstante,
el sentido de culpabilidad es tan dominante que empaña la razón y la
consciencia y por lo tanto aparece ser la causa de todos los contratiempos.
Y para terminar las generaciones entregan la antorcha de
sus antepasados como el libro de la verdad, es la peor causa de todos nuestros
fracasos, y esa antorcha es la que entregamos a nuestros hijos, y seguirá el
mismo patrón yo siempre he dicho que hemos vivido en la mentira y seguiremos
viviendo en ella, esa es la razón de que cuando alguien explica la verdad, tal
parece que el mundo se no viene encima, como si no valiera que el mundo se nos viniese
encima antes de seguir viviendo en la mentira.
Y recuerden de vivir en paz con ustedes mismo.
Peter Bustamante